martes, 16 de enero de 2007

Sofia Coppola/María Antonieta




Lo primero que hacen los cortesanos franceses con la princesa María Antonieta de Austria cuando, a los 15 años, llega a Francia para casarse con el futuro Luis XVI, es arrebatarse a su perrillo. Se trata de un perrillo austríaco, ¡puag!

Lo segundo, desnudarla sin miramientos frente a toda la camarilla versallesca. Ropa austríaca, ¡puag!

Ella sonríe con timidez e intenta adaptarse. El suyo es un matrimonio de Estado entre dos adolescentes. Durante años, por pura torpeza, no llegará a consumarse y, por lo tanto, no habrá herederos al trono. Es un desastre.

Cuando la delfina, harta, se pone el mundo por montera y saca los pies del tiesto, cuando se entrega al lujo y a la frivolidad, cuando se refugia en el Petit Trianon y se gasta una fortuna en acondicionarlo a su gusto exquisito, inicia el camino del cadalso.

La película empieza con la entrada de la princesa en Versalles y termina con su salida. Sofia Coppola tiene la delicadeza de ahorrarnos tanto el proceso como la ejecución de ella y de su marido, Luis XVI, en la guillotina. Es de agradecer.

María Antonieta no es una película histórica. Es la historia de una adolescente que quiere ser ella misma, con su alegría y con sus penas. Y no le dejan. Primero la martirizan, la humillan con el protocolo; luego con la ausencia de hijos aunque, finalmente, tuvo tres.



El molino del Petit Trianon, refugio de la reina


La tercera obra de Sofia Coppola es una película de gran belleza, tanto formal como moral, incluso musical. Una obra de gran plasticidad visual, pocas palabras, mucha música . A veces parece un musical.

La osada Sofía –mujer de su tiempo- alterna en la banda sonora música de cámara del XVIII, con fragmentos líricos, con canciones del rock de los ochenta.

María Antonieta es una película desbordante de finura, sensibilidad y contención narrativa pese al ambiente rococó en que se desarrolla. La recreación de la época es espectacular. El vestuario, los peinados, la decoración de interiores, los jardines, los carruajes, la comida, la repostería… Todo está cuidado hasta el mínimo detalle, formando un cuadro de época fascinante.

Kirsten Dunst, encantadora, espléndida, muy hermosa.

El, Jason Schwartzman, a la sombra de ella, se deja sentir discreta y eficazmente, en un papel dificil y nada desdeñable.

Un sector de la crítica –de la española en particular- no le perdona a Sofia Coppola el ser hija del gran Francis, el de El padrino y Apocalypsis new. Dicen que es una pija y que alterna con pijos. Gran delito. Es un reproche parecido al que le hacían a María Antonieta.

En lo que a mí respecta, como espectador, que me den muchas pijas como Sofía y que se queden ellos con los melodramones castizos de Almodovar, con los supuestos y demagógicos dramas de la alta burguesía de W. Allen, con la pretenciosidad insufrible de Medem.

La heterodoxia, el eclecticismo, la imaginación, el refinamiento, la sensualidad, la modernidad… Eso es lo que no le perdonan a Sofia Coppola. Ni a nadie.

http://www.sonypicturesreleasing.es/movies/mariaantonieta/site/