Llego a Zarauz a media mañana de un domingo invernal. Pese a ello, la temperatura es agradable. El cielo está cubierto y se percibe una niebla ligera.
Casas junto a la parroquia
Me dirijo a Sanz-Enea para ver la interesante exposición sobre la obra gráfica de Antonio Valverde, Ayalde. Sanz-Enea es una antigua casa de verano, de fachada armoniosa y simétrica. Dispone de dos plantas y una tercera de mansardas. El edificio se utiliza hoy como centro cultural.
Como la mayor parte de las casas y palacetes veraniegos de la localidad –casi todos ellos situados en las inmediaciones del paseo marítimo- Sanz-Enea está rodeada por un jardín recoleto.
A la salida, me tomo un café en una pastelería al comienzo de la calle Mayor. Sentado en un velador observo un goteo de clientes que se abastecen de pan, repostería y periódicos.
En la calle Mayor se alza la espectacular Torre Luzea, una casa-torre en piedra de sillería construida en el siglo XV. Dispone de cuatro plantas y, en una de ellas, se ha habilitado una sala municipal de exposiciones.
A esta hora la calle está tranquila, los comercios cerrados y ya asoman los primeros paseantes. Recién llegado a la plaza del casco antiguo, a la izquierda, diviso una elegante casa restaurada. Se trata de la casa Makatza, que hoy en día tiene una apariencia civil, pero que, en su origen, era una fortaleza.
En línea recta llego hasta Santa María la Real, cuyo perímetro alberga un yacimiento arqueológico, la iglesia parroquial y una torre-campanario, donde está alojado el museo de Arte e Historia de la localidad. Todo ello puede verse en visitas guiadas. Voy tomando nota de todo lo que haré en mi próxima –y más dilatada-excursión a Zarauz.
Hasta ahora, aunque lo he divisado de lejos a través de bocacalles, he reprimido mis deseos de contemplar el mar. Doy media vuelta y me dirijo al paseo marítimo.
Paseo marítimo
A esta hora del mediodía el paseo sobre la playa está muy concurrido. Aunque la playa tiene casi tres kilómetros llego durante la pleamar y no parece tan grande. La arena, recién mojada, tiene un intenso color tostado. Hay un continuo oleaje que inunda la orilla de espuma.
A la izquierda el cabo del Ratón de Guetaria aparece envuelto en una niebla que le da un aspecto fantasmal. Otro tanto le ocurre a la superficie del mar y a la línea de la costa.
En el paseo marítimo de Zarauz, al igual que en otros puntos de la ciudad, están ubicadas una serie de interesantes esculturas. Contemplo la serie Estructura/Forma, tres piezas en bronce de Dora Salazar.
A través de, Dora Salazar
Más adelante se alza la Dama de Zarauz, de Marcos Hernando y, aún más allá, la hilera minimalista de piezas geométricas en piedra de Elena Asins.
Canons 22, Elena Asins
Como no puedo prologar mas la visita mi lista para la próxima excursión se dilata:
Las tres piezas de Oteiza: Estela a Madoz, homenaje al bersolari y mi siesta; El Photomuseum y, si fuera posible, el palacio de Narros, donde se alojaba la reina Isabel II y Fabiola, la reina de los belgas. Otra vez será.
Todo sobre la localidad en: www.turismozarautz.com