jueves, 25 de enero de 2007

Todavía nieve



Parque Belzenia, Hendaya



La nieve que vimos
caer, ¿es otra
este año?

(Bashô)
Anegado en un cielo de nieve hoy el mar es una orilla de olas bravas.

La nieve tiene una cara alegre para los niños y otra menos risueña para los adultos.

La nieve se empeña –y a veces lo consigue- en que seamos niños por un rato.

Jugando con la nieve, te acaloras.

Las plantas y los tejados son los que más sufren con la nieve. Las primeras se doblan ateridas bajo su peso. Los segundos pierden su color. ¿Dónde se ha visto una teja blanca?



A los árboles desnudos no les importa la nieve. Al contrario, el blanco les confiere un aire digno y venerable.

Un copo es liviano. Muchos copos son temibles.

Antes la nieve tenía el poder de pararlo todo. Era como unas vacaciones obligatorias. Ahora se limita a ralentizar nuestro mundo agitado.

Antes imponía un silencio venerable. Ahora convierte los gritos en susurros.

La nieve ha venido para dar su opinión sobre el cambio climático. Todavía nieva. No vamos a ser engullidos de hoy para mañana. Al menos por el clima.

La nieve deja una resaca de hielo.