Los anocheceres son ahora rápidos y aparentemente anodinos. Sin embargo, en pleno invierno, a la naturaleza –siempre imprevisible- le gusta a veces adornarse con colores tan cálidos como estos.
El aire del sur, una jornada de nubosidad caprichosa y unas claridades sobre el horizonte amenizadas por nubes finas y deshilachadas, han propiciado semejante intensidad.
---
Hendaya
1.2.08
---