viernes, 14 de marzo de 2008
Sobre pinturas y temporales
En la galería Ekain encuentro al pintor Juan Luis Goenaga, que es uno de los pocos pintores del país al que conozco personalmente. Ultima los preparativos de una exposición con su obra reciente que inaugura por la tarde. Qué suerte la mía. Hace ya unos cuantos años que disfruto con la pintura de este artista. Me gusta mucho su estilo rápido, gestual y desenvuelto. Me gusta su dominio del color y del dibujo.
En este trabajo hay mucha obra sobre papel. Me dice que el papel proporciona más libertad y que el óleo es más serio. Otros pintores se van apagando con el tiempo, pero con Goenaga ocurre lo contrario, cada vez es más alegre, el color más vivo, el trazo más desenvuelto.
Ese toque figurativo que cultiva en medio de la abstracción es una delicia. En un pintor tan matérico con este las imágenes planas de internet no le hacen justicia.
---
Bajo un sol delicioso me paseo tras las huellas del reciente temporal. Falta un fragmento de la barandilla de La Concha. Unos operarios trabajan en la reconstrucción de la rampa de acceso a la playa: las piedras adoquinadas han sido arrancadas de cuajo por las olas. Hay prisas. Se aproximan las vacaciones de Semana Santa y la ciudad no puede estar con su escaparate principal hecho unos zorros.
En el paseo Nuevo no tengo la misma suerte. No hay forma humana de acercarse a contemplar el mar y los espectaculares efectos de su furia. Lo impide un amplio despliegue de guardias municipales que han cortado todos los accesos. Velan por nuestra seguridad. La autoridad opina que más vale prevenir que pagar indemnizaciones.
Este pequeño tsunami que hemos padecido en la costa cantábrica me parece muy inquietante. No creo que haya precedentes. ¿Tendrá razón James Lovelock, el autor de la teoría de Gaia y su predicción catastrofista sobre el cambio climático?
---
El galerista Gonzalo Sánchez era un hombre amable y cortés con el que se podía hablar de arte, entre otros temas. Tras su inesperado fallecimiento el pasado mes de junio, acaba de abrirse, en la gambara de la bilioteca KM, una exposición en la que participan un buen puñado de artistas que trabajaban en la galería Dieciseis. Me ha gustado visitarla no sólo por la buena idea de organizar este homenaje sino porque las obras expuestas merecen la pena. El cartel, tan evocador, ha sido realizado por Clara Gangutia.
---
En la sala de lectura de la biblioteca -donde preparo un reportaje que, de seguir así, acabará conmigo-, empieza a sonar un movil que tiene la misma musica que el mío. Inspecciono en mi bolsa pero no procede de ella el sonido. Qué curioso, un movil que suena igual que el mío. Pero las casualidades –diga lo que diga Paul Auster- no existen. Recibo una mirada entre inquietante y malévola de un joven y entonce caigo en que llevo el celular en la chaqueta, que descansa en la silla de al lado. Es el mío, en efecto. ¡Qué bochorno! Salgo a escape, pero cuando llego a la puerta deja se sonar. Entretanto, todo el tiempo que estoy en la sala se escucha la música de un martillo neumático que trabaja, a destajo, al otro lado del piso superior.
---
¿He puesto este video antes? Qué energía, qué vitalidad, qué ponerse de puntillas... C´est la verite.
---