lunes, 17 de marzo de 2008
CERO CALORIAS
Con los cambios de estación llegan a los kioskos los suplementos de moda de los periódicos dominicales, o sea, la exaltación de los cuerpos, la publicidad y el lujo. En este tema, la prensa socialdemócrata no tiene rival. Así la última entrega del diario El País.
Lo abres y te encuentras con media docena de páginas publicitarias plagadas de beldades de ambos sexos, auténticas obras de arte del glamour y el diseño. Todavía no hemos llegado a los niveles del Interview warholiano pero se ha hecho mucho camino al andar.
En la página nueve aparece el gran pope de la industria ropera, el exgordo e incombustible Karl Lagerfeld, con su alzacuello laico, para que no se le desmorone la papada, y su cara de francés ulceroso del estómago. Como de costumbre se dedica a manosear top-models. Un poco más adelante repite aparición luciendo esta vez, además de su uniforme negro y sus gafas de sol, unos sugerentes guantes de estricto gobernante sadomaso.
Una señora con peineta y abanico, enfundada en un traje negro, nos recibe en la página 12. Se trata de Diane Pernet que es presentada como diseñadora minimalista, excéntrica periodista de moda e icónica blogger. Con semejantes títulos la señora no puede menos que soltar un par de buenas frases: “El negro es el negro. Sólo con él puedes desaparecer en las sombras.” Pero no se refiere a la raza negra sino al color. También esta otra: “No me gusta superpoblar mi vida con gente que no me interesa”. Pese a ello la mujer asegura que utiliza el metro y, por lo que se ve, adornada con su mantilla. Ahora en Semana Santa llamará menos la atención pero, aún así, la confunden con Martirio. ¡Qué cruz!
Tras un inevitable artículo deconstructivo titulado Contra la moda -no en vano estamos en un periódico progresista- tenemos a cuatro veinteañeras hablando de la cosa. La veinteañera actriz expresa su deseo de que todo el mundo se atreva a ponerse lo primero que se le pase por la cabeza. “La calle sería como El jardín de las delicias, de El Bosco.” La estudiante de comunicación audiovisual declara que jamás compraría una prenda que haya visto una vez por la noche. Luego manifiesta su afición por los tocados. “Me encanta llevar la cabeza bien armada.”
En medio de una montaña de imágenes seductoras -aunque en algunas ocasiones bastante cursis (un poco al gusto del país, con minúsculas)-, aparece el nuevo icono femenino. Se trata de la modelo Irina Lazareanu, que viene apadrinada por el pope ya citado y por Kate Moss. Es una chica muy estilo Moss. Va de rebelde vestida con descuido exquisito aunque se la ve un poco lánguida, a diferencia de la Moss. Puede que sea la dieta estricta.
Chicas flacas, muy flacas y chicos musculosos adictos al gimnasio. ¿Qué está pasando aquí? ¿Están las jóvenes modelos colaborando a resolver la crisis energética a base de cero calorías? Más bien estamos ante la mujer-percha. Es la ropa la que manda. Hay que llegar a la penúltima página para encontrar a una mujer nomal, de esas que nos gustan a los hombres. Es un anuncio de depilación láser, “el método más eficaz”.
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Foto: Irina y K. Mosse.
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El último video de Saint Etienne, un paseo melancólico.
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