miércoles, 19 de marzo de 2008

La glicina de la casa abandonada







Salgo a dar un paseo y fotografiar los cerezos en flor, pero vuelvo a casa con unas imágenes más bien pobres. La culpa es del color blanco, tan dificil. Y de mi torpeza, claro. El color blanco se confunde con el fondo celeste y las flores se desdibujan en la imagen. Tomo nota para la próxima primavera. O tal vez para mi próximo paseo fotográfico a la búsqueda de los cerezos en flor.

En su lugar encuentro, en una casa abandonada –como es lo habitual- una hermosa glicinia. Las glicinias hendayesas tienen predilección por las casas abandonadas. Es todo un indicio. O un síntoma. Se ve, en cualquier caso, que no son demasiado sociables.

No, esta glicinia no es la misma del año pasado. La glicinia del año pasado ha sufrido los desmanes urbanísticos del señor alcalde y su equipo, que se habían empeñado –con éxito- en destruir esta hermosa localidad. Con la excusa de la prosperidad, naturalmente. Ahora las elecciones locales del pasado domingo les han destruído a ellos. Pero el mal, ay, ya tiene dificil –si no imposible- remedio.

Al margen de sus reminiscencias literarias –Bashô y los poetas japoneses las inmortalizaron- la glicinia, a mi modo de ver, tiene cuatro cualidades, nada menos, que le prestan su fascinación. La primera es el color malva, tan delicado. La segunda es la elegancia con que caen sus racimos. La tercera, su fragancia y la última la sensualidad, una pizca morbosa, de sus pétalos henchidos.

Las glicinias casi no son de este mundo.
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Hendaya
18.3.08

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En Recogedor encuentro este video de la californiana Gina Villalobos. Todavía sin GPS, tirando de mapa, con ese delicioso sabor ochentero.

12 comentarios:

  1. Hola Juan Luis, cómo nos conoces a tus lectores!!! según lo leía he pensado en la glicinia de aquel post...¡ya un año!, me gusta la foto, me gustan las glicinias, y con tu enlace me ha gustado recordar aquel artículo con sus comentarios....Aprovecho que me cuelo en tu blog para mandarle un saludito a sobrevi, que ya le he leído que te lee.

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  2. No lo son;-)

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  3. Conozco cuatro nombres de plantas y otros cuatro de árboles, soy una imperdonable analfabeta de la flora, pero a éstas sí que las hubiera llamado por su nombre. Y quién no. Me encanta su color. Y cuando este color se alía con las formas... Siempre que me la encuentro pienso en una lluvia violeta y blanca y fragante...

    Hermosas fotografías.

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  4. Hola Greta. Si para muestra valen los que entrais aquí tengo unos lectores encantadores.

    Yo también quiero saludar a Sobreviviendo y, de paso, preguntarle si fue a ver a Jodorowski junior.
    :-)

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  5. Afortunadamente, Olvido, hay bastantes cosas que no son de este mundo.

    :-)

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  6. Hola Mertxe. Gracias. La famosa lluvia de pétalos de glicinia... Yo tampoco conozco más que cuatro nombres de plantas, así que tengo que sacarles el mayor partido posible.

    :=)

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  7. Fotografiar plantas es una labor que considero muy difícil. Supongo que por el hecho de que nuestra observación es mucho más compleja de lo que creemos. Sin darnos cuenta rodeamos la planta, la miramos desde lejos para apreciar su volumen, desde cerca para observar sus detalles, y nos movemos constantemente para conseguir distintos puntos de vista (otras sensaciones, como la olfativa, aparte). Procesos todos ellos difíciles de resumir en una, o incluso en varias tomas.

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  8. Tienes razón, Glo. Es bastante complicado. Las plantas son escurridizas.
    :-)

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  9. Supongo que es normal que quien haya convivido con una glicinia un tiempo no la quiera tener cerca, o al menos en las proximidades de su casa, porque es una liana vigorosa, que no se detiene ante nada, y que termina por retorcer, reventar y destruir todo lo que queda a su alcance.

    Y aunque otras trepadoras, como la hiedra (Hedera) o la vid americana (Parthenocissus), sean menos agresivas, tampoco es aconsejable que se haga la prueba con ellas: igualmente hacen estropicios en los acabados, levantan las tejas y son hogar de un inacabable bicherío.

    :)

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  10. Kaixo Juan Luis y un saludo al resto.
    Y yo que sigo llamándoles "lilas",,,
    A pesar de todo, comparto las cosas tan bonitas que decís y sobretodo ese ojo interior que tiene el "patrón" del blog para captar las cosas bellas y acercárnoslas como un buen desayuno a la cama (me gusta desayunar en la mesa, que conste).
    Bueno Juan Luis, veo que sigues siendo un encantador de letras, me gusta-s mucho, no cambies,,,
    Un muxu

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  11. Gracias, Marea. Me gusta verte por aquí con tus comentarios siempre positivos y animadores. ¿Sigues por la capital? ¿No te dan miedo esas mareas, tocayas tuyas, de los días anteriores?
    :-)

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  12. Kaixo Juan Luis.
    Aquí sigo, disfrutando de mi txoko.
    Las mareas de estos días mmmmmm, no sabes bien lo que he disfrutado viendo a la mar tan enfadadísima, tan "rechula", poniéndonos, además de perdidos de salitre, en nuestro sitio, como recordándonos que no podemos pasarnos de listos maltratando a la naturaleza.
    Me impresionan las mareas altas y vivas, pero también las mareas tan bajas que no recuerdo haberlas vivido.
    Pero sigo aspirando con delicia ese aroma inconfundible a mar. También me encanta ver como están brotando (eso sí a base de sustos por el tiempo) esas flores antes de tiempo, esos colores vivos entre el verde de las hojas, que preciosidad,,,
    Me gusta fotografiar flores, aunque el resultado a veces es un poco chapucero, qué le vamos a hacer.
    Gracias Juan Luis, se siente calidez cuando escribes.
    Cuidate, un muxu.

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