Leonard Cohen, Everybody Knows
Un programa de radio nocturno. Los oyentes cuentas cosas. El tema: unos caballeros van a un prostíbulo y se encuentran allí, trabajando, a la novia de un amigo. Gran dilema: ¿Hay que informar al amigo de lo visto?
Tras varias intervenciones –casi todas partidarias de un caritativo silencio- llama un hombre que trabaja de segurata en este tipo de negocios, un connaisseur. Como es natural el experto pone las cosas en su sitio. No hay que preocuparse, dice, estos casos se dan con frecuencia. Pero casi siempre las respectivas parejas conocen la situación. La conocen y la toleran, cuando no la fomentan.
El segurata apostilla: no puede hablarse en estos casos de “dinero fácil”, como se habla tan frívolamente por ahí. Estas mujeres –dice- tienen que aguantar mucho. De dinero fácil nada de nada. Muchos hombres no aguantarían lo que aguantan ellas.
Con el tema de Cohen (uno de mis preferidos) no hay mucho más que añadir.
ResponderEliminarUn abrazo
Cohen es un maestro.
ResponderEliminarBuen día, Olvido
Conozco los programas de radio nocturnos de oírlos en los taxis. Siempre me han parecido alucinantes; de erizarme el cabello: locutores insultando a oyentes (con el consentimiento de los últimos); locutores hablando de ocultismo; locutoras que hablaban susurrando...
ResponderEliminar"... Por la noche dejo a mi novia dormida después de hacer el amor, y me voy a buscar un negrito... ¿Porqué me pasa eso?". Las respuestas de los oyentes, que llaman para "socorrer" al que hace la pregunta, son igual de "interesantes"...
Desde luego que lo son, Glo. Este que cuento fue divertido. Tiene gracia la moralina del personal, habida cuenta de que los que llamaban ¡eran clientes!...
ResponderEliminar