martes, 3 de junio de 2008
Africa
Esta vez sólo he visto la segunda parte. La primera todavía la tenía reciente. Es una hermosa película. Una de las mejores, junto a Las aventuras de Jeremias Johnson, de Sydney Pollack, recién fallecido.
En esta obra se siente Africa, se la escucha, casi se la huele. Y ello es posible gracias al director y al compositor de la banda sonora, John Barry. Tanto la fotografía como la música son impresionantes. El poder evocador del paisaje y el del sonido.
El personaje de Denis (R. Redford) nos fascina en la medida en que encarna la libertad, la vida sin ataduras, la fuerza del destino, encarna, en suma, todo lo que representa este viejo continente.
Su pesimismo sobre el terrible futuro que agurdaba a la tierra africana se han cumplido, desgraciadamente, a rajatabla.
Nosotros ahora nos emocionamos con estas bellas imágines, con esta delicada y evocadora melodía, pero sabemos, aunque sea duro reconocerlo, que todo es mentira.
Poco después, esta entrevista con el fotógrafo Peter Beard:
“No es el clima el que está mal. Nosotros somos el clima.”
“Quizá no desaparezcamos, pero viviremos como cucarachas”
“Estamos condenados”.
Otro tema de Barry: Bailando con lobos