Noches de tarta de arándanos
Acabo de verla y ya estoy deseando repetir.
La obra de Wong-Kar-Wai es toda ella un ejercicio de estilo. En el manejo de la cámara el director taiwanés pone el listón muy alto. Interiores densos, saturados cromáticamente, primeros planos sutilísimos, músicas arrebatadoras, secuencias ralentizadas. También bares, comidas, ruido ambiente, cigarrillos y personajes laboriosos que aman y sufren.
La película arranca con una frase que el protagonista (excelente Jude Law) le escuchaba a su madre cuando jugaba de niño en el parque: “Si alguna vez te pierdes siéntate en un banco y espera: alguien te encontrará.”
Su antagonista, Norah Jones, se aplica en sentido contrario: se ha perdido tras un desengaño amoroso y se lanza a un viaje para observar a la gente.
En The bleuberry nights se detectan guiños cinematográficos. En exterior noche vemos largos planos fijos que recuerdan a Antonioni. En los diálogos parece que hay un eco de Bergman. Pero todo ello pasado por un arte muy personal.
El cine son planos y secuencias, de la misma forma que la literatura son palabras y frases. Como dice Azorín, “en arte el estilo es lo que salva”.
Seguramente esa cinta sería también de mi agrado. Veré de sacar tiempo y ánimo para verla.
ResponderEliminarEsto se llama información privilegiada. Gracias.
ResponderEliminarGlo,
ResponderEliminarSi llegas a verla me interesará tu opinión.
Pedro,
ResponderEliminarDe nada. No hay tal.