tan frágil, tan humilde, nocturna,
parsimoniosa, introvertida, dulce!
Y mira, tiene que ir con su coraza
de púas temerosas.
¿Cómo andaría si no por este mundo?
Y, aún así, es aplastado a veces. El mundo
no es para criaturas humildes, dulces,
inocentes, sencillas;
y ni su caparazón de púas las protege,
pero
no ofrezcas al mundo sino púas, el silencio
y el desdén, ¡hazte una bola!
y que pase en su carroza.
José Jiménez Lozano
Elegías menores
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Me abro la página de Jiménez, me gusta, me quedo... Esta tarde me haré una bola y leeré, mientras pasa el mundo, es decir, 'ese' partido...
ResponderEliminarJa ja... qué plaga esa del fútbol, qué belicosos se ponen.
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