“Cuando conocí a Darwin –y eso ocurrió muy pronto- se acabaron los rezos. Más tarde, había cumplido veinte años cuando me encontré ante una trinchera sobre la que llovían las balas. Estaba solo, tuve que meterme en una zanja.
-Aquí sería necesaria una oración. Pero si hasta este momento no lo he hecho, ahora sería mezquino por mi parte.”
19 de noviembre de 1972
Me ha hecho mucha gracia.
ResponderEliminarSaludos
Sí que la tiene, bien mirado. Es un tema interesante y oculto en E.J.
ResponderEliminarBuen día
Un gran tipo este longevo Jungër. Y con mucha suerte, porque denunciar a Hitler y que no le pasara nada...
ResponderEliminar