El 8 de noviembre de 1931, J. Pla anota en su dietario:
“El Congreso acuerda suprimir la pena de muerte. Hay un instante de enternecimiento. Los humanitaristas se abrazan. No hay nadie capaz de recordar que esta supresión va a costar mucha más sangre que el mantenimiento de la pena, y que el humanitarismo teórico ha causado, a lo largo de la historia, una cantidad de víctimas incontable, ingente. A estos diputados que han votado la supresión de la pena de muerte, ¡cuántos entierros les va a tocar presidir!”
Ahorrar vidas es un concepto que le viene ancho a la modernidad. Se puede ver en el debate sobre la limitación de velocidad en las carreteras. Está comprobado y auditado que a menos velocidad menos accidentes y, en consecuencia, menos víctimas mortales. Sin embargo, esta medida no se introduce para ahorrar vidas, sino para ahorrar gasolina.
La misma Opinión pública que se horroriza ante la pena de muerte se muestra airada al ver reducida su ración de velocidad, ese placer delirante y perverso. Humanitarismo de pacotilla.
Disminuir la velocidad máxima y obligar a llevar las luces encendidas, parecen contradictorias como medidas de ahorro. La simultaneidad es lo que hace que la primera resulte ridícula.
ResponderEliminarLlevar las luces encendidas, de momento, no es obligatorio.
ResponderEliminarLas medidas de ahorro energético, con ser importantes (no somos tan ricos como nos creemos) me parecen secundarias frente al ahorro de vidas.
Ridículo es un adjetivo al que no veo su encaje aquí.
Buen día
Mi aislamiento me ha mantenido fuera de este asunto de la velocidad. En un principio tan solo me llegaron los titulares de los periódicos, en los que la medida aparecía relacionada exclusivamente con el ahorro de combustible. No se mencionaba nada de la seguridad.
ResponderEliminarCon anterioridad, había leído también algo acerca de la intención de hacer obligatorio el uso de la iluminación de manera permanante (algunos fabricantes de coches se plantean incorporar la iluminación permanante "de serie" en sus modelos).
Teniendo presentes exclusivamente esas dos referencias, la medida de la velocidad resulta "escasa, corta, de poca estimación".
Un saludo.
Podríamos hacer un listado de perogrulladas y gilipolleces provenientes de este gobierno, pero yo creo que lo poco que podemos reconocerle a este gobierno ha sido cierta serie de medidas relacionadas con el ámbito social y entre ellas muy principalmente está el tema del tráfico: hay que reconocer que su tarea por reducir los accidentes y las víctimas mortales en las carreteras ha dado resultado. Y esta medida de reducir la velocidad que criticas porque no se refiere a salvar vidas sino a bajar el consumo, esto ha venido después. A cada uno lo suyo. Que no hagan mención ahora de lo que supone ahorrar vidas con bajar la velocidad no puede llevarnos a olvidar el drástico descenso de víctimas mortales en el tráfico que se ha registrado en esta legislatura. Repito que ya estoy bastante harto de ese falso engolamiento y de esa retórica vacía de la que nos ha dado muestras más que suficientes este presidente que tenemos (ya por poco tiempo), pero lo cierto es que en el tema del tráfico ha sido una labor que yo calificaría de excelente.
ResponderEliminarAbrazos.
Yo no critico la medida de bajar la velocidad a 110. ¡Todo lo contrario! Si de mí dependiera la prorrogaría indefinídamente. En primer lugar, porque ahorra vidas. En segundo lugar, porque ahorra energía. No hay más. Este es todo el asunto.
ResponderEliminarBuen día.