Poco a poco la silueta de Fuenterrabía se aclara. El puerto de Caneta aparece casi sin agua, los fondos al descubierto. Frente al aeropuerto los limos están concurridos por gaviotas reidoras, garcetas y dos o tres garzas impasibles que caminan a zancadas y, cada tanto, estiran implacables el largo cuello para capturar alimento. Todas ellas lanzan esporádicos chillidos y arremeten unas contra otras para disputarse los bocados. Entre tanto, el cormarán, siempre distante y altivo sobre una rama podrida, se sacude las alas para secarse y espera paciente a que la niebla se disipe y salga el sol.
Blog del escritor Juan Luis Seisdedos. --Aquí hay de todo. Si estás interesado deberías dirigirte al Índice. --Por arte de birlibirloque algunas fotos han desaparecido. Habría que preguntarle a Google. Yo lo he intentado, pero no contesta.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Desayuno en los limos
Poco a poco la silueta de Fuenterrabía se aclara. El puerto de Caneta aparece casi sin agua, los fondos al descubierto. Frente al aeropuerto los limos están concurridos por gaviotas reidoras, garcetas y dos o tres garzas impasibles que caminan a zancadas y, cada tanto, estiran implacables el largo cuello para capturar alimento. Todas ellas lanzan esporádicos chillidos y arremeten unas contra otras para disputarse los bocados. Entre tanto, el cormarán, siempre distante y altivo sobre una rama podrida, se sacude las alas para secarse y espera paciente a que la niebla se disipe y salga el sol.
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Qué hermosas fotos Juan Luis.
ResponderEliminarNo te he seguido últimamente porque me aparecía en la pantalla unas opciones de navegadores y pantallas dinámicas que me echaban para atrás. Pero hoy le he dado a una de las opciones y me ha salido tu blog nuevamente. En fin.
El caso es que tienes una de las entradas que es sobre Urt, y resulta que estuvimos allí. Vive allí una familia que conocemos, en una casa que seguro que viste y que da a la vista del río Adour. Una pasada de mansión antigua que están intentando recuperar.
Estuvimos allí cenando y al salir nos sorprendió algo que no esperábamos: un intenso olor a vaca inundaba todo el pueblo. Nos reímos mucho todos. Pero la verdad es que el olor tiraba para atrás. De espanto. Qué se le va a hacer. Nada es perfecto.
Abrazos.
Hola Pedro. Creo haber captado ese aroma durante mi visita pero apenas me molestó; ya se ve que el subjetivismo lo preside todo.
ResponderEliminarEl cambio de formato del blog ha sido muy brusco y sorpresivo, incluso para mí que llegué a él de manera un tanto fortuita como nos ocurre a los que hemos llegado tarde, y algo desganados, a la informática. El caso es que por el camino he perdido no sólo el archivo sino también el resto de los complementos. Ahora me encuentro sin tiempo y sin conocimientos para recuperarlos. Me fastidia porque intuyo que a algunos veteranos lectores de este blog les ha ocurrido algo parecido pero, curiosamente, han aparecido otros a los que, ciertamente, no esperaba. A ver si con el tiempo puedo ir arreglándolo.
Saludos cordiales