viernes, 25 de noviembre de 2011

Desayuno en los limos


Niebla y bajamar, interesante combinación mañanera en la bahía; las marismas al descubierto y una multitud de aves marinas disfrutando de un buen desayuno. Les acompañan los cuatro o cinco depredadores bípedos habituales armados con sus tubos aspiradores, sus botas de goma y sus cubos de fregar. Si en la otra orilla está prohibido el marisqueo por la contaminación cómo se entiende que, a escasos metros, se permita. ¿Se los comerán ellos mismos –ojalá- o pondrán las almejas mercuriales en el mercado? Eso, ayer; hoy ya había una docena de ellos haciéndole la competencia a la fauna avícola.

Poco a poco la silueta de Fuenterrabía se aclara. El puerto de Caneta aparece casi sin agua, los fondos al descubierto. Frente al aeropuerto los limos están concurridos por gaviotas reidoras, garcetas y dos o tres garzas impasibles que caminan a zancadas y, cada tanto, estiran implacables el largo cuello para capturar alimento. Todas ellas lanzan esporádicos chillidos y arremeten unas contra otras para disputarse los bocados. Entre tanto, el cormarán, siempre distante y altivo sobre una rama podrida, se sacude las alas para secarse y espera paciente a que la niebla se disipe y salga el sol.