miércoles, 9 de noviembre de 2011

Gaucín, el centinela de la Serranía de Ronda


La belleza de la Serranía de Ronda me deja pasmado. En su parte sur, configurada por los ríos Guadiaro y Genal, se levanta un paisaje de montañas, bosques de encinas y alcornoques, con pueblos blancos diseminados por laderas y vaguadas.

Gaucín es el primero de los que aparece en la carretera que une el Campo de Gibraltar con la ciudad de Ronda –lugar estratégico que domina la entrada sur de la Península Ibérica.

El pueblo, bajo una bóveda de cielo azul, es una delicia esta mañana soleada de finales de octubre. Hay aquí una arquitectura que se funde con el paisaje y, a la vez, lo utiliza como fondo para realzarse a sí misma, orgullosa de su belleza.

Las calles ascienden envueltas por la cal de las fachadas, el verde de las plantas y las notas de color de las flores tardías. Debe haber muchas aves por aquí. Han puesto preciosos carteles con sus nombres, sus retratos y sus hábitos.

La localidad, de unos 2000 habitantes, ocupa una posición defensiva y dominante, presidida, como en tantos otros pueblos, por las ruinas del castillo y de las murallas. El llamado castillo del Aguila fue romano antes que musulmán y tiene una historia cargada de hechos bélicos que se extienden hasta las guerras carlistas. Por aquí pasó la expedición de Gómez. Varios siglos antes, en 1309, murió en sus proximidades el célebre Guzmán el Bueno, defensor de Tarifa y fundador de la casa de los Medina Sidonia.

Fueron estas tierras de moriscos las últimas que reconquistaron los cristianos antes de hacerse con el reino nazarí de Granada, el último reino musulmán de la península. Las huellas de esta cultura aparecen por doquier, tanto en los detalles como en el trazado sinuoso y estrecho de sus calles.

En estos parajes viven muchos extranjeros, en especial pintores, atrapados sin duda por su belleza, por un sol que apenas falta a su cita cotidiana, por el aire limpio e inquieto.


Gaucín en Wikipedia

La trágica historia de los moriscos 

La Serranía de Ronda