Blog del escritor Juan Luis Seisdedos. --Aquí hay de todo. Si estás interesado deberías dirigirte al Índice. --Por arte de birlibirloque algunas fotos han desaparecido. Habría que preguntarle a Google. Yo lo he intentado, pero no contesta.
jueves, 1 de diciembre de 2011
Gide/Barthes, hombre rico, hombre pobre
La principal diferencia biográfica entre Andre Gide y Roland Barthes es que el primero fue rico y el segundo no. Esta circunstancia y un raro coraje le permitió a Gide tomarse su propia libertad sin restricciones mientras que Barthes hubo de ser más precavido, tanto en su vida como en su obra.
Gide, tras su viaje a la Unión Soviética en 1936, tuvo los arrestos suficientes para criticar el estalinismo (algo de lo que ni siquiera hoy muchos son capaces) y ganarse la enemistad activa de buena parte de los intelectuales europeos, españoles incluidos. El escritor, ciertamente, ya había tenido la oportunidad de curtirse cuando, en 1924 hizo pública su homosexualidad, incluso su pederastia, a través de Corydon, uno de los libros más escandalosos del siglo a juzgar por las reacciones, entre las que destaca la condena de su obra por la iglesia católica. En esta línea cabe destacar también su crítica del colonialismo francés en Viaje al Congo, donde permaneció más de un año, en compañía de su joven amante, por encargo del gobierno de su país.
Roland Barthes coqueteó en su juventud con el troskismo, fue deslumbrado por el marxista Brech y colaboró en Tel Quel, revista de los años sesenta que derivó del prosovietismo al maoismo. El semiólogo también realizó su viaje iniciático a un país comunista, China en este caso. Se aburrió soberanamente. A su regreso publicó un artículo en Le Monde en el que, en efecto, señaló que en la China maoísta todo era muy aburrido y carente de sensualidad. El mayo del 68 le cogió en la universidad pero no hubo forma de que se echara a la calle ni de que se implicara. El asunto le pareció que pintaba muy pequeño burgués, una clase hacia la que Barthes manifestaba escasa simpatía. Más adelante, en su peculiar autobiografía, se mostró partidario de las “posiciones tibias en política”.
Lo que nunca hizo Barthes fue salir del armario respecto a su homosexualidad. Vivió toda su vida con su querida y luterana madre; no quiso darle semejante disgusto y siempre temió que ella se enterara.
Esta nota ha sido elaborada tras la lectura del ameno y divulgativo Gide/Barthes, cuaderno de niebla del ensayista J. Benito Fernández, que acaba de publicarse. Benito es también autor de sendas biografías sobre los poetas Eduardo Haro Ibars y Leopoldo María Panero, malditos oficiales de la modernidad.
Estas vidas paralelas y francesas están muy bien traídas aunque en un par de ocasiones haya caído el autor en la corrección política. Una de ellas se refiere a la revolución de 1934, a la que califica como “revuelta de Asturias”. Varios miles de muertos y la proclamación por parte de Companys de la independencia de Cataluña tienen mal encaje en una tibia “revuelta”.
Una web sobre Gide y su época
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