sábado, 20 de septiembre de 2014

En el bosque del Señorío de Bertiz

Mañana calurosa con viento del sur, ideal para caminar a la sombra por el bosque. Lo hago durante unos diez kilómetros en el Señorío de Bertiz, Oyeregui, Navarra.






El camino comienza junto al centenario jardín botánico, en la imagen superior.






Ha salido una mañana calurosa con viento del sur, ideal para caminar a la sombra por el bosque.

Un viejo tronco partido y colonizado por el musgo.






La senda, en suave pendiente, está perfectamente señalizada y atraviesa varios hayedos.






En el bosque conviven los árboles jóvenes, los viejos, los muertos y los moribundos.






Media docena de puentecillos de madera salvan pequeños arroyos, apenas hilos de agua tras el estiaje.









Junto a viejos ejemplares conviven otros mucho más jóvenes, como estos de la imagen.









Un resquicio de cielo entre la vegetación. El silencio a veces es demasiado espeso. ¿No habrá por aquí algún pajarillo que me acompañe unos metros con su canto?












La bajada discurre por el camino de tierra que conecta la entrada del parque con la cumbre donde se asientan las ruinas de la casa que se hizo construir Pedro Ciga, el último propietario particular.










Los bosques son mucho más silenciosos de lo que cabría imaginar.





Una calera. Uno de los usos tradicionales de la cal era mejorar la productividad de la tierra de labranza.






Una fuente, con un banco de piedra a cada lado.

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