Mariano, después de haber encabronado a medio país con su reforma de la ley abortiva, la mete en el congelador, le da una patada en el culo a su ministro y se va a la China comunista con su sonrisa conejil a recibir ramos de flores y besar niñitas.
La derechona se ha encrespado con Mariano por el affaire y quiere machacarle, porque incumple sus promesas electorales, como si las promesas electorales se hicieran para cumplirlas.
Dicen que el PP ha perdido sus principios, como si el PP fuera un partido de principiantes. Si lo que quieren son principios ahí tiene a Vox, que sí es un partido de principiantes y están dispuestos a acogerlos maternalmente.
Qué espectáculo el de los plumíferos, opinadores y tertulianos de la caspa echando espuma por la boca. Así que el Wayoming está que no da abasto y nos pone en bandeja la contemplación de los mohines lúbrico-bucales de Sandra Sabatés, algo que los mirones siempre le agradeceremos.
Todo tiene arreglo menos la estupidez de la ministra Mato, la demócrata que no permite preguntas en sus reuniones con la prensa silente. Pues no ha dicho la doñita que va a reformar la ley que nos ocupa para “permitir que las menores adolescentes puedan ir acompañadas de sus padres en esos momentos trascendentales, etc.”
Muy bien doña Mato. Y no se olvide de incluir que no estarán obligadas a apagar el móvil durante la intervención y que tendrán derecho a un policía de escolta si a papá le da por repartir hostias.
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