En
cuanto pongo un pie en el monte Jaizkibel empieza el concierto de tiros que me
acompañará allá donde vaya el resto de la mañana. Ando un tramo carretera
arriba. Coches y más coches me adelantan. Todoterrenos en su mayor parte.
Cazadores, escopetas, perros. Allá donde hay un hueco hay un coche aparcado.
Más coches junto a las bocas de los caminos. Coches hasta los pies de los
puestos de caza.
Me
gustaría visitar la estela de Remigio Mendiburu, a la que se accede por un
camino en dirección al mar. Pero desisto porque diviso a dos con sus escopetas
detrás de un parapeto y se me quitan las ganas.
Llego
hasta una de las torres pero, antes, en el bosque que atravieso, más tiros.
Como
es sábado y hace buen tiempo, temperatura agradable y viento del sur, también
hay paseantes, excursionistas y ciclistas. Hay que convivir, desde luego. Pero
los paseantes y excursionistas no llevamos escopetas y este desequilibrio hace
que nos sintamos ligeramente inquietos. Yo al menos.
Veo
a dos que se han traído a los niños hasta el puesto. Han dejado a los perros
atados a unas estacas.
Escucho tiros y más tiros, pero no veo un solo pájaro. Por descontado, tampoco los oigo
cantar. Como para cantar está la cosa.
Lo
que sí escucho es el sonido de un cuerno, como el cuerno de Roldán. Y, a
continuación se produce una ensalada de tiros. Luego otra vez el cuerno.
Cuando
doy la vuelta por la cumbre me detengo para contemplar las vistas sobre el valle
y veo dos bandadas de palomas. Esto es lo que quieren matar. El objetivo de
toda esta ansiedad cinegética. Las bandadas se ve que están desorientadas o
desconcertadas y no terminan de encontrar su rumbo. No es para menos.
Monte Jaizkibe, más escopetas que pájaros.
ResponderEliminarAbejar, Soria, más escopetas que pájaros. Por todas partes estamos igual: no quedan casi pájaros pero abundan las escopetas. ¿Queréis mayor estupidez que soltar aves de granja con tal de que los escopeteros locos puedan pegar tiros? Pues eso es lo que pasa en España. Y mientras, los pájaros se extinguen.
Quizás una buena plaga de mosquito tigre, de langostas, de ratas... nos haga ver la necesidad de mantener los ecosistemas con todos sus elementos.
Pues cazaremos las ratas que tanto te molestan
EliminarTotalmente de acuerdo, Milano Negro. Con la naturaleza cada día más degrada la caza es una locura. Sin embargo, hay miles de cazadores. Aquí, y en Francia e imagino que en todas partes. Es un negocio también. Lo que yo no veo es la compatibilidad entre caza y conservación de la naturaleza. No dudo que muchos cazadores son conservacionistas, pero esa masificación que se ve por todas partes... a dónde lleva?
ResponderEliminarBanda de ignorantes. Ehiza bai.
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