jueves, 18 de abril de 2019

Trevanian. Hugo. San Juan de Luz


Gracias a las vacaciones escolares, que calman el habitual tráfico delirante, San Juan de Luz está bastante tranquilo, aunque no faltan los consabidos turistas.
Tras un café en el Cosmopolitan, siempre agradable, visito la librería de enfrente. Me llaman la atención las nuevas ediciones de bolsillo de Trevanian (1931-2005). Su obra maestra, Shibumi, ha alcanzado los dos millones de ejemplares en Francia.
Trevanian vivió una temporada en el País Vasco francés, en una de cuyas localidades, próxima a Bearn, se desarrolla su encantadora novelita El verano de Katya.


Pese a su éxito en Francia, este escritor norteamericano no tenía una opinión demasiado favorable de los franceses (“un pueblo que ha producido generaciones de aristócratas y ni un solo caballero”), si bien tampoco era muy favorable a los españoles (“si un hombre se muere con un pecado en su alma, se va a España).

En cualquier caso, es un novelista poderoso y sugerente.

Veo también varios títulos de Jean d´Omerson, fallecido hace año y medio. Uno de los pocos escritores que fueron publicados en vida por la Pléiade, un hombre de gran simpatía y muy popular en Francia. Hojeo también la antología de poesía francesa que preparó Georges Pompidou, que fuera presidente de la República.

Mientras inspecciono, una mujer le pregunta al librero sobre la novela Notre-Dame de París, de Víctor Hugo, en bolsillo. No lo tiene. Los caminos de la literatura son insospechados. Ni qué decir que las portadas de las revistas se ocupan profusamente de Notre-Dame en llamas.

Al final no compro nada. Tengo pocas ganas de leer en francés y Chateaubriand aguarda su turno.

Cruzando la plaza llego hasta la mediateca, pero hoy jueves está cerrada. Durante el paseo por el centro verifico que, en los últimos meses, han cerrado dos librerías. También una pastelería, pero aquí la competencia entre pastelerías es feroz. No tengo claro que las ventas por Amazon sean la mayor competencia de las librerías. Me inclino más por las horas que las series y las redes sociales le roban a la lectura.

La localidad, como de costumbre, es tan agradable como cara y concurrida, perfectamente diseñada para hacer feliz al más exigente de los turistas.

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