viernes, 5 de abril de 2019

Por la ribera del Duero: Haza



Desde la lejanía se puede ver la silueta fortificada de Haza, en lo alto de un cerro. Se intuye que uno va a entrar en un lugar importante. Se accede por una estrecha carretera que serpentea durante un kilómetro. Para entrar hay que pasar junto a la torre del homenaje del antiguo castillo. La torre, igual que la mayor parte del pueblo, ha sido restaurada. Todo se ve limpio y cuidado.

Haza domina el valle del Riaza. Desde su espléndido mirador, se ven varios pueblos y un gran fragmento del valle del Duero. Por aquí no hay tantos viñedos, pero un vecino con el que hablo me dice que se están plantando muchos (curiosamente en las tierras más pobres).



El vecino ha sido agricultor y me cuenta cosas sobre el pueblo. “Ahora sólo hay abiertas 3 o 4 casas. El resto son segundas viviendas. Se han restaurado muchas de ellas. Ahora todo está limpio, pero, cuando vivía más gente, todo estaba más sucio. Vienen muchos franceses. Son los que me hacen preguntas más raras. Por aquí hay muchos moros, que trabajan en el campo. Y también chinos. Hay gente de todas partes, pero en el campo ya sólo trabajan ellos. Los de aquí no quieren trabajar en el campo. Yo he bebido mucho vino. En el trabajo del campo se bebe mucho y también se come, pero con el trabajo lo quemaba todo: se sudaba la camiseta. Ahora tengo tierras, pero las trabaja otro, con la nueva maquinaria. Tendrías que ver lo que hace un tractor ahora. Tienen hasta aire acondicionado. La cabina está aislada y ya puede hacer fuera frío que dentro no te enteras. Son de una precisión impresionante. Casi no hay ni que conducirlos, ellos lo hace todo. Pensar que yo empecé con un arado de piedra tirado por dos machos…”



El hombre me acompaña hasta un peñasco denominado el Morro, desde donde hay una vista maravillosa de los alrededores y también la mejor perspectiva para ver la iglesia y las murallas. La iglesia de San Miguel es muy original. De estilo entre románico y gótico, está incrustada en la muralla igual que algunas casas, lo que presta una gran solidez al conjunto..

En otros tiempos la gente vivía extramuros, en las laderas del recinto fortificado. Dentro sólo vivían los dueños del lugar y sus más cercanos.

Durante los siglos XII y XIII Haza estuvo bajo el señorío de la familia de los Lara, más tarde pasaría a formar parte del señorío de los Condes de Miranda, a los que se atribuye la reconstrucción de las murallas.. Era un lugar importante que ejercía su jurisdicción sobre 15 aldeas.

Aquí nació en el siglo XII la beata Juana de Aza, madre de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Dominicos.



Mientras paseo, a pleno sol, tres o cuatro buitres sobrevuelan el valle. El cementerio, rodeado de un muro alto, está junto a la entrada. Sentado en una gran piedra, al sol que ya calienta fuerte, como mi fruta. Luego me dirijo hacia Pañafiel, unos 25 kilómetros y ya en la provincia de Valladolid.

Por el camino un camionero prepotente me pone las luces y me atosiga porque le parece que voy demasiado despacio, pese a que voy en el límite de velocidad. Nos hemos pasado media vida soportanto la lentitud de los camiones y ahora tenemos que soportar sus prisas.

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