viernes, 7 de junio de 2019

Chicas sexis demasiado próximas



18.5. s

Psicoanalizados

   Hay que ser precavido con la gente psicoanalizada. Ya lo advertía Houellebecq en Las partículas elementales (1). Esas gentes, tras muchas sesiones en el diván, quedan convencidas de que sus posibles defectos no son tales, sino traumas originados por diversas circunstancias familiares y sociales.
   Esto, por regla general, les empodera mucho, y cuando regresan a la vida en sociedad, no tienen escrúpulo alguno en decir lo que piensan y en hacer lo que consideran conveniente sin preocuparse, ni poco ni mucho, de lo que piensen o sientan el resto de los mortales, pobres desgraciados que no han tenido la fortuna de pasar por un diván a tanto la hora, según se cotice el escrutador de sueños ajenos.
   Yo, desde luego, entiendo que psicoanalizarse sea caro porque no hay cosa más pesada e indigesta que escuchar los sueños ajenos. Interpretarlos ya debe ser una especie de tortura china y cualquier cosa menos envidiable.


El caciquismo redivivo

   Venía pensando desde hacía varias semanas en el nacionalismo, que es una de las plagas políticas que nos ha tocado en suerte, y de pronto se me hizo la luz. “Pero bueno -me dije- si el nacionalismo no es más que el caciquismo de toda la vida, el ancestral poder de los viejos caciques locales. Debidamente aseado, eso sí. Cómo no me he dado cuenta hasta ahora, después de llevar sufriéndolo desde hace cuarenta años.”
   Estas cosas pasan, ciertamente. A veces cuesta mucho aterrizar en la realidad o, siquiera, ponerle nombre.
    Y hete aquí que me doy de bruces con esta cita del periodista Arcadi Espada:
    “El caciquismo es el rasgo principal de España y su evolución moderna no es otra cosa que el nacionalismo, que es un caciquismo sentimental y amanerado.”
    Pero, para qué hablar de política. Después de las últimas citas electorales el pueblo ya ha hablado. No merece la pena insistir.


Trinchera

   Cómo nos gustan las estériles guerritas de trincheras. Cualquier excusa es buena. Ahora el empresario gallego y sus donaciones. Este gusto qué elocuente es.




19.5.19 d

La misión del arte

   Dice Jünger que la misión del arte es “acercarnos a la divinidad y desterrar el miedo a la muerte.” No es poca cosa, desde luego.


Joven con martillo
   Una joven polaca de 17 años, Julia Slonska, ha subido un vídeo en Instagram, en el que aparece golpeando con un martillo una estatua de 200 años de antigüedad, en un parque de Varsovia.
   La sujeta es modelo y bloguera. Es impresionante la frialdad y la decisión con que actúa. Mientras destruye, se escuchan alrededor las risas de sus amigas. Sería consolador pensar que sólo es una loca, pero no lo parece.
   La agencia que la contrataba la ha despedido y ha sido denunciada. Ahora está muy arrepentida y alega que había bebido.


Zona blanca

   Sigo con la segunda temporada de la serie francesa Zona blanca. La primera temporada estaba doblada en el habitual castellano infame. La segunda está en francés. Debo recurrir a los subtítulos porque el francés coloquial se me escapa. Pero los subtítulos también se me escapan de lo rápidos que van.
    Zona blanca es una serie con un guión confuso, desquiciado y oportunista (como tantas otras) pero que veo porque me gusta la ambientación oscura y tenebrosa y porque la joven protagonista me cae simpática.


20.5, l

Chicas sexis

   Por la tarde voy a la ciudad. En la biblioteca hacía un calor agobiante. He estado picoteando libros de tres poetas. He olvidado el nombre del que más me ha gustado y también he olvidado apuntarlo.
   La mujer es más conocida pero sin interés alguno para mí y el último, Robert Lowell, norteamericano, escribe demasiado largo para mi gusto.
   Como estaba mareado por el calor he desistido de pasear por la ciudad. En su lugar me he vuelto a la estación y me he metido en la cafetería.
   He tomado un té verde bastante bueno mientras hojeaba libros. Un gorrioncillo merodeaba entre las mesas picoteando restos.
    Durante el viaje de vuelta he seguido con los libros. A mi lado, dos chicas muy sexis, vestidas como para ir a una fiesta, pero como las tenía tan cerca no he podido mirarlas.
   La observación, como es sabido, requiere cierta distancia. La excesiva proximidad puede dar buenos detalles, pero a veces los detalles apabullan por ser demasiado significativos.


La serie de moda

   Que la serie de moda cope las redes sociales va de suyo. Pero que también colonice las portadas e interiores de la prensa nacional ya es de nota. El papanatismo cultural que sufrimos es apabullante.