domingo, 28 de julio de 2019

Maurice Ravel, Colette, con permiso de Melania Trump

22.6

AYER, mientras hacía tiempo en un parque para recoger a mi hijo, encontré en el armario de los libro callejeros, una biografía del músico Maurice Ravel, escrita por Pierre Petit. Es una obrita encantadora, escrita con gran amenidad y simpatía hacia el compositor.

Ravel nació aquí al lado, en Ciboure, aunque le llevaron a París a los tres años de edad. Era hijo de un suizo y de una vasca. Su obra siempre osciló entre la precisión helvética y el exotismo español. Los atascos que me forzaron a desviarme hacia este parque han tenido su compensación.
La de vueltas que ha debido de dar este libro. Lleva la etiqueta de una librería de San Sebastián, los sellos de la Biblioteca Municipal de la misma ciudad, otro sello de libro expurgado y, finalmente, una anotaciones en árabe en la última página.


HOY, si uno es una persona medianamente informada, es difícil ser optimista. Pero supongo que siempre ha sido así. Cervantes, Montaigne, Homero… ¿fueron optimistas? Respecto al hombre, ninguno de ellos lo fue.
     

Pero, en épocas pasadas, por mucho pesimismo que predominase entre las gentes cultas, nadie o casi nadie se planteaba que el mundo pudiese destruirse con mayor o menor rapidez. Las cosas podían ir mal, pero, al margen de catástrofes puntuales, el mundo siempre iba a estar ahí, disponible.
Ahora esto ha cambiado: ese pequeño resquicio que siempre se dejaba abierto al optimismo, a la continuidad, ha desaparecido. Ya hemos visto el horror en masa, tanto en humanos como en el medio natural. Ya no podemos engañarnos al respecto.
Lo que ha pasado una vez puede repetirse y sabemos que disponemos de los medios para que se repita multiplicado por muchas cifras. Lo sabemos, aunque finjamos ignorarlo.


TE depositan aquí sin haberlo pedido y te despiden de la misma forma. En medio, un espacio de tiempo que, cuanto más vives, más irrisorio parece. Apenas somos otra cosa que seres anhelantes que raras veces ven cumplidos sus anhelos y, casi siempre, pagando un precio desorbitado por ello. Al fin tiene razón el budismo: cuanto menos desees, mejor para ti.

4.7.19

 HE ido a la ciudad por la mañana. Hay menos turistas y menos gente que por las tardes. Las calles están más frescas e íntimas. Hago algunas compras. Luego descanso en un banco de la plaza de Guipúzcoa mientras ojeo los libros que he adquirido y veo pasar gente.
Al lado, la consabida Feria del Libro, bien surtida de literatura separatista, filoterrorista, castrista, bolivariana, cristianomarxista. Este año hay una caseta nueva, dedicada al Islam. Ya estamos todos.

7.7

DOY una vuelta con el perro. La mañana está gris, la neblina no levanta. En la buquinista de la playa compro por un euro una vieja guía de Granada, con buenas fotos en blanco y negro. No tengo previsto ir a Granada, pero la edición es bonita.

Luego, en el armario de intercambio de libros, encuentro Cerca de Colette, del que fuera su marido Maurice Gondeket, que viene precedido de fotografías y otros documentos gráficos. Cuánto tiempo sin acercarme a esta mujer encantadora a la que leí mucho bastantes años atrás, siempre con placer y admiración. Recuerdo que le comenté a un conocido relacionado con los libros que andaba leyendo a Colette y se quedó estupefacto. El seguía con Cortázar.
Paul Leautaud, que era un misántropo apreciaba mucho a Colette, como persona y también, cosa aún más rara en él, como escritora. Quizá les unía su amor por los animales.


Colette y Maurice Goudeket, retratados por Gisèle Freund en 1954

EL perrillo anda ya muy despacio y se agobia cuando hay mucha gente. En esto último nos parecemos. Creo que a partir de ahora voy a dosificar sus paseos. Son dieciseis años a nuestro lado. No ha perdido el entusiasmo por salir a pasear, pero a veces le cuesta mucho.

9.7

FASCINANTE la historia de la bella Melania Trump sin sujetador, marcando pezones en plan camiseta mojada durante la ceremonia norteamericana del 4 de julio. Habrá que suponer que la primera dama ignoraba el riesgo de que le cayera un diluvio durante la ceremonia (la CIA no puede estar en todo) y tampoco había ningún paraguas a mano.      Las hipótesis al respecto se resumen en tres: 1. Ha vuelto a operarse las tetas y está rentabilizando la operación. 2. El presidente Trump ha decidido hacer regalitos visuales a la parte masculina y lésbica de su electorado (e incluso a los que no le votaron) y 3. Melania se ha insubordinado y quiere hacer la Revolución.

16.7

EL blanqueo del terrorismo nacionalista vasco, la operación “aquí no ha pasado nada”, progresa satisfactoriamente. Con los votos de PNV, PSOE y PP (este último, al parecer, debido a un error del único juntero que tienen), los filoterroristas de Bildu acaban de obtener la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos y Cultura Democrática de las Junta Generales de Guipúzcoa. Otro hito en el camino.


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