Me voy de las redes sociales. Mejor dicho, sólo las voy a utilizar para publicar enlaces a mi blog, que es donde publicaré, si es que publico.
Hay demasiado borreguismo. No quiero contaminarme, ni pasarme el día peleando contra eso.
Veo mucha “servidumbre voluntaria”. Veo demasiada gente ansiosa por agachar la cabeza y dejar que le machaquen.
Es como si se sintieran importantes por el hecho de tragar todo lo que les imponen. Creen que van a vencer al virus acatando ciegamente lo que el poder y sus tentáculos mediáticos les impone.
Ellos sabrán. Conmigo que no cuenten.
Por el momento en Francia no nos han confinado. Podemos salir a pasear y a tomar el aire. Les aplaudo.
Pero mi confianza en ellos se tambalea. Ayer hubo una abstención en las elecciones locales del 56%, y están pensando en suspender la segunda vuelta.
Si lo hacen, las posibilidades de que nos confinen se incrementan.
La frontera permanece abierta, aunque a mi ya me da igual que la cierren, habida cuenta de que no se puede circular en el "otro lado".
Si la cierran, será la primera vez desde 1936, cuando la guerra asolaba Irún y los milicianos republicanos incendiaron la ciudad antes de huir.
Este es el país de la libertad. Veremos. Puede que mañana o pasada tenga que desdecirme.
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