viernes, 13 de marzo de 2020

Mar fuerte



     Chispea. Bajo a la playa. Por el camino, mirlos cantando. Pleamar y oleaje. Algunas olas saltan por encima del muro de contención; otras rebotan y chocan contra la que viene por detrás, formando altas crestas de espuma blanca.
     Los escasos paseantes --pendientes de no mojarnos--estamos con las cámaras a ver si hacemos la foto del año.
     A la vuelta veo un perro suelto con una cuerda rota colgando del cuello. Luego, su dueño, un mendigo alcohólico, llamándole a gritos. Intento explicarle por donde le he visto, pero él me manda callar. Entonces comprendo: el perro huye de su maltratador. Ojalá no lo encuentre pero ¿qué será entonces del pobre animal? Nadie escapa a su destino.
     Los mirlos siguen cantando mientras la luz se extingue.