Llovizna. Los pocos coches que pasan dejan un rastro pestilente. Se nos está afinando el olfato al respirar un aire más limpio. Costará volver al aire contaminado. No me detengo en el bosquecillo; rezuma humedad. Las nubes bajas limitan el horizonte. Apenas se ven las siluetas de las montañas. Escucho mis pasos. La vegetación mojada reluce. Por las aceras se amontonan las bolsas del reciclado, que nadie recoge.
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario