No me quejo de que ahora nos traten como a niños, porque antes nos han tratado como a esclavos.
Los teléfonos móviles te “leen” el pensamiento.
La libertad también es un asunto de oferta y demanda. Si no hay demanda, tampoco habrá oferta.
La escritura es exigente. Salvo para los genios, que tanto abundan hoy.
En contra de la creencia generalizada, los sueños no se comparten.
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