viernes, 9 de diciembre de 2022

El régimen iraní puede caer

 

Eso al menos insinúa el historiador Juanjo Sánchez Arreseigor, en un artículo con ese título. Los iraníes llevan 43 años bajo la dictadura de los clérigos chiitas, desde que aquel severo Jomeini abandonó su exilio francés y, con las bendiciones de Occidente, instauró la cruel teocracia en el gran país persa. Ya han superado ampliamente los 36 años que duró el franquismo.

Ahora llevan más de trescientos muertos por la represión que ha desencadenado la muerte de la joven Mahsa Amini apresada por la policía de la moral hace casi tres meses. Los jugadores de la selección iraní en el Mundial se negaron a corear su himno nacional en señal de protesta. El régimen amenazó a sus familiares con la cárcel y la tortura. Naturalmente, volvieron a cantarlo en el siguiente partido. Luego, la eliminación de esta selección fue celebrada con alborozo por buena parte de la población. Los muertos llaman a los muertos, las protestas a las protestas. Los clérigos han empezado a ponerse nerviosos. El anticlericalismo se ha desatado. La gente está dejando de creer. Arreseigor se muestra optimista, pero la tortura y los asesinatos intimidan. En cualquier caso, algo se mueve en Irán.

Por otra parte, un suelto de agencia informa que en Irán, en lo que llevamos de año, han sido ejecutadas quinientas cuatro personas, una cifra mucho más alta que el año precedente. Lo explica la oenegé Iran Human Rights, con sede en Noruega. Pero los ahorcados podrían ser más. Parece ser que también se han decretado penas capitales contra personas que han participado en las protestas contra el régimen. Los clérigos iraníes condenan a las penas del infierno en la próxima vida y en la presente.