El tirón del patetismo

No había ningún misterio. La ganadora en audiencia de las campanadas del nuevo año ha sido Cristina Pedroche. Más de 5 millones de espectadores escucharon sus proclamas buenistas del principio y casi dos millones más se extasiaron contemplando cómo la susodicha se quitaba toda la parafernalia que la envolvía y emergía su cuerpo serrano y embarazado. Debe señalarse, en beneficio de la salud mental de la nación, que apenas había otra alternativa y que comerse las uvas al son de la cajatonta es de obligado cumplimiento. La segunda clasificada fue la Obregón, otra patética. Pero la juventud es irresistible, al menos cuando se trata de despelotarse, así que la más lozana se impuso. Pero aquí, lo más notable, es el imponente tirón que tiene el patetismo.