martes, 16 de enero de 2024

La araña

Cuando llegamos de viaje, al mediodía, la araña había aprovechado nuestra ausencia para trazar su tela de un lado a otro de los setos que flanquean la puerta del jardín. Parecía como si flotara en el aire por arte de magia. Sólo al trasluz se advertía el sutil encaje de los hilos. Había que tener cuidado para entrar sin desbaratar su trampa. Por la tarde, a la vuelta de un paseo, volví a verla arrastrando a una excelente y fornida mosca hasta su oculta despensa. Con esta pieza tendrá para varios días, pensé. Espero que no vuelva a obstruir el paso a nuestra casa.