Libres (no me gusta demasiado el título, es pretencioso) es una película muy interesante, al menos para las personas interesadas en la vida espiritual, sean o no creyentes. Mediante fragmentos de entrevistas con monjes y monjas nos enteramos de las razones que les llevan a abrazar la vida aislada y enclaustrada. Cada uno las suyas. ¿Hay un denominador común? Quizá la insatisfacción, el vacío interior, el hartazgo del mundo.
Dirigida por Santos Blanco, el tratamiento estético de Libres –la fotografía, la ambientación, el decorado– es una maravilla, aunque, naturalmente, tanto el interior como el exterior de los monasterios españoles son una maravilla, pese a las espantosas vicisitudes por las que han pasado la mayoría de ellos. El trabajo del director de fotografía, Carlos de la Rosa es excepcional. Cuando una de las monjas dice que desconoce el paraje en el que está enclavado su monasterio a uno se le abren las carnes y no termina de creerlo. Vivir en semejante entorno y conformarse con contemplarlo desde la ventana. No lo puedo entender. Hay que señalar que la mayoría de los enclaves está situado en la mitad norte de la península: Leyre de Navarra, Oseira de Orense, San Pedro Cardeña de Burgos, Herrera de Burgos, Las Huelgas de Burgos son algunos de ellos.
Sobre la vida contemplativa a mí se me plantean muchos interrogantes. Quizá el excesivo idealismo de estas gentes sea el principal. Uno recela un poco de tanto idealismo, pero, en cualquier caso, el ser humano es. o debe ser, libre para tomar sus propias decisiones. La otra cuestión que siempre se me plantea al respecto es la de la huida. ¿No se trata en realidad de una huida de la vida, la vida que, según ellos, es la obra de Dios? No lo sé, ni lo discuto. Son ideas que se me pasan por la cabeza siempre que me acerco a estos temas.
En la película me han faltado unos rótulos explicativos de vez en cuando. Este es un mal endémico español. Hay una especie de fobia a la necesaria información. Me ha faltado saber dónde estoy y a qué orden pertenecen los entrevistados. Estas cosas no se pueden dar por conocidas y los créditos finales no son suficientes, pasan demasiado rápidos.
Ahora, si queréis verla tendreis que daros prisa e investigar dónde la dan, porque en la mayoría de las salas es inútil buscarla.
