“He visto a Paul Valéry en casa de Adrienne Monnier. Le ha acompañado un largo trecho hacia su casa. Dice que está incómodo, e incluso exasperado, por la situación falsa a la que le ha llevado el éxito.
“Quieren que represente a la poesía francesa. ¡Me toman por un poeta! ¡A mí me importa un comino la poesía! Sólo me interesa por carambola. Si he escrito versos ha sido por casualidad. Si no los hubiera escrito, sería exactamente el mismo. Quiero decir que, a mis ojos, yo tendría el mismo valor. Esto para mí no tiene ninguna importancia. Lo que sí me importa quisiera decirlo. Creo que habría podido decirlo, que aún podría decirlo, si tuviera tiempo y tranquilidad… pero no me pertenezco a mí mismo. La vida que llevo me suprime.”
—André Gide, Diario, Diciembre de 1922.
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