lunes, 10 de diciembre de 2007

La fotogenia de Beckett

Samuel Beckett por todas partes estos días (ab. 06). Lo consulto. Celebran el centenario de su nacimiento: 13 de abril de 1906. Yo también lo he celebrado. He recortado una foto suya y la he pegado en mi album. Un hombre atractivo, fotogénico, coqueto, cuidadoso de su vestuario y de su imagen. Lo he situado junto a la muy hermosa Leonor Watling, actriz y cantante. Samuel lleva un chaquetón forrado de borreguillo, una gorra muy parisina, las manos en los bolsillos, siempre las manos en los bolsillos.

El estilo de Beckett -conciso hasta la sequedad, hipnótico, arrebatador- siempre me ha fascinado. Pero el irlandés dijo: "El estilo es pura vanidad, una corbata de lazo sobre un cáncer de laringe". ¿Puede ser tomado en serio o es una boutade?

La obra, sin embargo, me aburre por momentos. Otros no, como la trilogía en francés. Lo que nunca me produce es indiferencia.

Gran bebedor, según cuenta una amiga suya en un libro de recuerdos. Decía Marguerite Duras -alcohólica ella misma- que todos los alcohólicos son intelectuales. Uno de sus primeros libros, el ensayo sobre Prout, es de una pedantería insufrible.

Todos los testimonios que he leído sobre Beckett coinciden en señalar su nobleza.

A veces la vida se oculta tras los libros y los libros, al final, apestan a muerte. La soberbia del saber. El gran pecado. La manzana del árbol del conocimiento. Ni siquiera sabiduría, sólo saber. Saber hasta la naúsea, hasta la mente en blanco.

¿Obsesionado con la muerte? Hombre desocupado.

10 comentarios:

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  2. ¡Qué texto tan interesante! Parece un cuadro impresionista de gruesas pinceladas de colores disonantes.

    Respecto al contenido, creo que es un error relacionar grandeza y alcohol. Marguerite Duras, como buena yonqui, observo que echa un capote a Beckett, pero no me convence. Creo que ambos serían infinitamente más grandes de haber sido libres.

    Y respecto a la muerte, estos días de dolor sordo y fiebre ligera, pienso mucho en ella. Corrijo: siento terror ante la nada, ya que pensar sobre ella sólo puedo hacerlo después de sobreponerme al pánico y la desesperación. Algo positivo siempre consigo de esos momentos: por fin comprendí que la nada está asumida dentro del mundo católico (estudié algo de teología), bajo la fórmula que conocía pero no comprendía, hasta ahora, de "la ausencia de Dios", siendo su "lugar" el infierno, claro.

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  3. Me gusta lo del álbum. Yo lo suelo llevar más en verano. Copia frases de diarios y pego fotos. Y sí Beckett me parece fotogénico (pienso en las fotos de Cartier-Bresson, de Beckett y Matisse entre otros). Por cierto, Arrabal tiene un libro genial ("Genios y figuras", en Austral), en el que dedica a Beckett un comentario con frases como esta: "Miraba a sus coterráneos con la solidaridad de un condenado a mierte a otro". O también su retrato (no menos certero que el de Bresson): "bajo su cresta de abubilla, el tiempo había trazado surcos profundos en su cara como líneas del destino dóciles a la misantropía". Habla también de muchos otros.
    Seguramente pensar en la muerte requiere estar desocupado, pero no pensar en ella de alguna forma es no vivir. Creo que la vida debería dejarnos tiempo de pensar. Un abrazo desde Sevilla.

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  4. Si os gusta Beckett y su rostro creo que merece la pena "El alma del rostro", de Tullio Pericoli, editado por Siruela.
    Un saludo

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  5. Hola Glo:
    Espero que mejore tu salud.
    Precisarte que la amiga que habla sobre Beckett no es Duras, sino una americana, cuyo nombre no recuerdo, casada con un pintor amigo y compañero de libaciones de Beckett.
    El texto de Duras sobre el alcohol está en La vida material, una muy interesante recopilación de artículos de la francesa publicada hace quince años.
    Cuando tenga un rato postearé un resumen sobre el tema. A mí también me interesa mucho.

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  6. Hola Francisco:
    Conozco el libro de Arrabal. Como siempre en este autor habla más de sí mismo que de los otros, lo que resulta un poco decepcionante.

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  7. Anoto tu sugerencia, Olvido. A ver si doy con el libro.

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  8. Antes de nada, quiero desear a Glo que le lleguen cuanto antes mejores días. Entretanto, un abrazo de contertulia.

    Me gusta especialmente lo que pones hoy, Juan luis. Beckett nos ha dado ánimos a muchos, aunque alguna de las cosas que decía no tienen más sentido que el que él les daba caprichosamente en su momento. Por ejemplo, eso del estilo y el cáncer. Qué barbaridad. Quelle boutade d'enfant malade! Si el estilo fuera vanidad, habría que renunciar entonces a la literatura misma. Fondo y forma son indisolubles. Son la idea y la herramienta para mostrarla. Y en este punto me viene a la memoria Lázaro Carreter y su metáfora del tapiz: "...absurdo como deshacer un tapiz para comprender su trama: obtendríamos como resultado un montón informe de hilos". Que haya escritores vanidosos no tiene mayor importancia si lo que nos dicen y cómo lo dicen es importante. Allá ellos con sus egos. En este caso, sí, desde luego que una de las bromitas de Beckett. En el fondo, le ocurre lo que a los mendigos que se pasaban el tiempo esperando a un tal Godot: se aburre. (¡Anda! A lo mejor ésa era su vanidad: el aburrimiento de los 'sobrados'.)

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  9. El librito en el que se menciona la afición al alcohol de Beckett es de Anne Atik y se titula "Cómo fue: recuerdos de Samuel Beckett" (Ed. Circe).

    Ya he localizado también el libro de Pericoli que menciona Olvido.

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  10. Pepe Lui, ya te tengo localizado. Te prometo entrar en ocasiones con el seudónimo de Erasmo, pero antes te quiero hacer una proposición: ¿qué tal una comida en la capital el sábado día 15? Acuérdate de la cosecha del 79.

    Un abrazo

    Erasmo

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