El sendero junto a la regata, al fondo el Jaizkibel, a cuyos pies llegan los embites del Cantábrico, y Tobías olisqueando.
El agua inmovil de la charca refleja las hojas de los cañaverales.
Un rincón de la regata sombreado por un roble. En la lejanía la cúspide del Larún.
Los patos no podían faltar en este espacio acuático. Esta pareja se paseaba con sus tres crías.
El objetivo de la cámara engrandece a la lagartija que se mimetiza con la tierra.