sábado, 13 de septiembre de 2008

Valença do Minho


























A Valença do Minho, en la frontera norte de Portugal, se va de compras. Pero lo mejor de Valença es su impresionante fortaleza que se enfrenta -el río por medio-, con la catedral fortificada y las callejas medievales de la ciudad de Tuy.

El interior de la fortificación es un caos que nadie parece interesado en solucionar. Las tiendas y bazares están abarrotados de compradores y turistas. Los coches circulando entre las callejuejas convierten el paseo en una aventura peligrosa.

Tiene Valença una mezcla llamativa entre el kich de la quincallería, la sobriedad militar del granito y el entorno verde y barroco.

Desde lo alto hay una bella panorámica sobre Tuy, el río Miño y las sierras onduladas que delimitan el valle.

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2 comentarios:

  1. La última vez que estuve en Valença llegué en un cercanías desde Vigo. Fuimos de compras, aunque no trajimos gran cosa porque los precios andaban parejos con los del otro lado de la frontera.

    De aquella visita me llevé la impresión del contraste entre las frágiles iglesias de Valença, con sus azulejos y sus colores pastel, y el poderío de la iglesia-fortaleza de Tuy.

    Las murallas me recordaron las de Jaca, y aunque poderosas, me parecieron menores que las similares de Pamplona.

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  2. Entre los 60 y los 70 se iba a Valença a comprar porcelana de Macao, café y las consabidas toallas, sábanas, etc. Se cruzaba entonces por el puente eiffeliano y había unas colas y unos controles pesadísimos.

    La fortaleza de Valença, de dos cuerpos, no tiene grandes murallas pero la elevada ubicación y la adaptación de las defensas al terreno le dan muchas personalidad.

    Tuy, que todavía es obispado - aunque polémico-, es muy interesante. Está como encerrada en sí misma. Pasear por sus calles viejas es muy placentero, sobre todo si no hace demasiado calor.

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