Construído por Manrique sobre un espolón de rocas y lava que se abre sobre la isla Graciosa, el archipiélago Chirijo, el océano y la propia costa lanzaroteña. Realizó una excavación sobre una antigua posición artillera. En el interior hay un restaurante con un gran ventanal que ofrece unas vistas espectaculares.
Me deja muda. Hay tal contraste de belleza y, si no fuera por el color del mar, desolación... Hablo del color de la tierra, tan negro o tan descarnado...
ResponderEliminarEs una belleza esta isla. Es casi un milagro que se haya conservado tan bien.
ResponderEliminarSaludos, Mertxe