Sebastián Garreton
Hoy no había demasiada gente. He tenido
suerte. La piscina demasiado concurrida pierde mucho encanto. He nadado solo en
la calle. Nadar en una calle con otros nadadores es muy incómodo.
Al cabo de media hora, he concluido
la sesión y, tras una ducha, me he metido un rato en la sauna finlandesa. La
sauna finlandesa estaba vacía. Las duchas también estaban vacías. Todo ha sido
muy agradable.
Lo único disonante han sido los
portazos. Nunca había escuchado tantos portazos como hoy. Como durante estas
dos semanas se han realizado trabajos de mantenimiento es previsible que hayan
tocado los muelles de las puertas y éstas batían con estruendo.
Como los portazos son tan
desagradables espero que alguien se percate y lo solucionen. De lo contrario,
hasta que los muelles se aflojen por si mismo, vamos a tener una tamboreada
cada día.
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