Tengo pocas dudas de que el alarmismo y el estado de psicosis en el que vivimos son responsabilidad de los propios medios, que han encontrado en la epidemia la panacea que andaban buscando desesperadamente, tras largos años sumidos en una crisis que ha llevado a muchos de ellos a desaparecer y, a la mayoría, a sobrevivir a duras penas.
Es cierto que la llamada actualidad está siendo monopolizada por la epidemia, que está arrasando con las restantes noticias. Desde el momento en que la población ha sido confinada en sus hogares está claro que cualquier actividad exterior ha sido suprimida.
Basta un ejemplo. ¿De qué pueden hablar los miles de programas deportivos que hay en los medios a la vista de que cualquier actividad deportiva ha sido barrida del escenario?
Además, la necesidad de llenar los espacios está provocando que los medios transmitan los contenidos sin filtrarlos de forma crítica, sin calibrar el alcance y las repercusiones de las informaciones que están propalando.
Tal vez todo esto sea inevitable a la vista de las circunstancias, pero creo que cada uno debe ser consciente de que se está sometiendo a una influencia que va más allá de la deseable información, y que ello no va a resultarle gratuito ni va a ser una buena influencia para su vida.
Hay que relativizar a los medios y a las redes sociales. Están siendo los grandes beneficiarios de esta crisis y no van a dudar en amarillear lo que haga falta con tal de seguir acaparando la atención y, de esta forma, mantener e incrementar sus negocios.
Todo indica que esto va para largo. Sería deseable que cada uno adopte las medidas para protegerse de esta avalancha amarillenta. Pero, por descontado, cada cual hará lo que estime oportuno.
---
Lamento no corresponder a las atenciones que algunos amigos de Facebook y de Tuiter tienen conmigo, pero ya no podía soportar más esas avalanchas de esa red social. Yo quiero estar informado, por supuesto, pero no estoy dispuesto a ser agobiado, a que me contagien la histeria y el pavor. Así que yo también he tomado mis medidas restrictivas. Repito que lo siento por mi puñado de amigos y de lectores, pero la experiencia me dice que si accedo a quedarme un rato luego ya apenas puedo despegarme. Desde aquí saludo a todos ellos, les deseo lo mejor y les mando un fuerte abrazo.
---
No hay comentarios:
Publicar un comentario