martes, 17 de marzo de 2020

Salvoconductos


Parece que en Francia, pese a las fuertes medidas restrictivas que acaban de entrar en vigor, todavía queda algo de sentido común y de respeto a la libertad individual. Ya veremos.


Según parece se puede salir, de forma individual, a tomar el aire y hacer ejercicio, además de las razones habituales de avituallamiento, etc. Eso sí, la burocracia que no falte. Hay que hacerse con un salvoconducto, que se descarga en internet, en el que se detallan tus datos personales y las razones de tu salida. Todo bajo tu palabra de honor. Perfecto. Nunca he pretendido más.



Como el toque de queda empezaba al mediodía y aún no he preparado el papelito de marras, esta mañana he salido temprano. El cielo está muy cubierto pero sin lluvia. He bajado hasta la bahía y luego a la playa. He encontrado bastante gente, algunos ya con la mascarilla puesta; también niños, algún corredor y surferos.


Supongo que todos aprovechamos los últimos minutos antes del confinamiento.


Cerca de casa, al salir, he encontrado una perra abandonada o perdida. A la vuelta seguía merodeando por los alrededores. Se ha dejado acariciar y luego se ha ido hacia una mujer que suele pasear con dos perros.


A media tarde de ayer llegó la noticia de que España ha cerrado la frontera con Francia. A las 8 de la tarde intervino Macron para cerrarla también. No se iban a quedar atrás habiendo cerrado España y Alemania. Doble candado.


Es posible que G. pueda hoy trabajar desde casa, pero de lo contrario, o si falla algo en el sistema, tendrá que ir y venir a San Sebastián, es decir, pasar un estricto control para entrar en España y otro para volver a Francia. Una odisea. Miserias que tenemos que sufrir los fronterizos.


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