domingo, 12 de abril de 2020

Regalos



11.4.20 Unas florecillas amarillas, otras lilas, los mirlos habituales, gorriones, unas como perdices picoteando en el solitario campo de rugby, el canto de un gallo, una gatita, bella y tímida, con una cola gruesa que ha huido en cuanto me he acercado para fotografiarla, el sonido de la lluvia sobre mi paraguas, y un erizo.

El erizo deambula a plena luz por el camino del bosquecillo, junto a la estación de arriba, mientras doy mi paseo vespertino. Cuando estoy de regreso, vuelvo a verlo, esta vez en una calle. Está muy ocupado en encontrar alguna proteína junto a unas plumas de ave que algún gato ha cazado y, a buen seguro, devorado a conciencia. Poca cosa le queda al erizo, que emite pequeños gruñidos de descontento.

Todo esto, y el olor de la tierra mojada, ha sido algunos regalos del día, sin olvidar un par de emotivas oberturas de Wagner que he escuchado sobre la bici estática.






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