domingo, 3 de mayo de 2020

La mar cada tarde


Echaré de menos pasear por las calles vacías
sin coches, sin gritos, sin gente.
Echaré de menos escuchar a los pájaros
por las esquinas y a la mar cada tarde
--hoy están las olas nerviosas.
Echaré de menos a las gaviotas
que se recogen temprano en la playa,
tranquilas y silenciosas, medio dormidas ya.
Me asomo hasta el confín de Francia
contemplo enfrente a mi viejo país
sumido en un silencio perplejo,
expectante, suspirando por volver
a la vida ruidosa y alegre, sin esta
melancolía gris de hoy, el cielo como
ceniza, la llovizna que parece anunciar

un fin de los tiempos sin melodrama.

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