El mes empieza con las noticias sobre el acercamiento al País Vasco de, creo recordar, cinco de los presos terroristas más sanguinarios. La noticia ocupa mucho espacio. Escribo este tuit:
Hay días –como hoy–, que abres los medios, las redes, y te saltan por todas partes los retratos de pistoleros, terroristas, matarifes, verdugos. Es muy desagradable.
La cuestión no es que se acerque a los presos. Me parece bien que los presos estén lo más cerca posible de sus familiares. La cuestión es que, desde el momento en que llegan al País Vasco su situación entra bajo la competencia del Gobierno vasco y la experiencia nos dice que la especialidad de la casa es irlos soltando por medio de mil argucias legales.
Una cita. En este caso del monje budista vietnamita Thich Nhat Hanh, que ha fallecido hace unos meses por cierto. Fue uno de los divulgadores del budismo zen en Occidente y, por lo que voy conociendo tanto de él como de su obra, era un hombre encantador.
"Camina como si besases la tierra con tus pies."
Ten cuidado. Pon atención en todo lo que hagas. La cita procede de un librito titulado Cómo andar, publicado por la editorial Kairos en 2016 y que leo estos días. La obra, deliciosa, está formada por un total de 118 fragmentos con ilustraciones de Jason de Antonis. Ha sido traducida por Antonieta Martín.
Al día siguiente descubro a un pintor francés llamado Henri Zuber (1844-1909). Al principio lo confundo con Constable. Me ha parecido un pintor interesante y encantador.
El mismo día retuiteo una cita de Chantal Maillard, ensayista y poeta hispano-belga, de quien apenas he leído nada, pero que me llamó la atención al verla cuando intervino en uno de estos míticos e impagables programas que tenía Sánchez-Dragó en televisión, disponibles ahora en Youtube. El programa estaba dedicado a esa maravilla que es el Bhagavad Gita. Dice así la cita:
“El abismo siempre está ahí; nunca se cierra. Nuestros ojos son los que se cierran para poder seguir viviendo.”
A continuación retuiteo un poema de un poeta para mí desconocido, José Cereijo, que me gusta mucho, titulado Beatus Ille:
BEATUS ILLE...
Feliz el que de pleitos alejado
deja pasar las horas
viendo cómo se van las nubes por el cielo.
Feliz aquel que sabe conformarse
con lo que dan los días,
leve, menor, oscuro y suficiente.
Feliz el que en la ausencia
también encuentra un mundo.
Feliz aquel que siente la vida como un sueño.
Feliz, si no envidiara a los que son reales,
a los que duermen juntos,
a los que saben, a los que se arriesgan.
Me parece una noticia muy interesante que la editorial Contraseña acaba de publicar estos días la novela El verbo se hizo sexo. Teresa de Jesús, de Ramón J, Sender. La obra fue publicada en 1931, así que han tenido que pasar 90 años para su reedición. Años más tarde el novelista aragonés publicó Tres novelas teresianas. La edición lleva un prólogo de la escritora Cristina Morales, algo que, en principio –y por las referencias que tengo sobre ella, no me emociona–, pero, en fin, no será el primer prólogo que me salte.
Alguien comenta que le han regalado los Cuadernos (1957-1972) de Emil Cioran, publicados en español por Tusquets. Lo considero como “un regalazo”. Es mi libro preferido de este rumano apasionante. Lástima que no se hayan publicado los cuadernos de fecha posterior, si es que existen. Cioran cuanto más viejo, mejor escribía. Y aún más corto y aforístico de lo habitual. Además, como no pensaba publicarlos en vida, se expresaba con gran libertad. La publicación de esta obra se la debemos a su compañera Simone Boue con quien los cioranianos tenemos una deuda impagable, y no sólo por este último libro sino por toda una vida junto al genial rumano. Probablemente, sin ella Cioran no hubiera sido Cioran.
Pocas bromas con los asuntos nucleares. No puedo evitar realizar este apunte al hijo de la actualidad, ironía incluida:
Preocupante situación en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, ocupada por los rusos, cuyas inmediaciones están siendo bombardeadas. Unos y otros se acusan de hacerlo. En fin, la "energía verde" que dice la UE.
Escribe Savater que “la gobernabilidad del país no puede depender de grupos a los que el país no les importa.” Mi comentario quiere precisar aún más: No es que no les importe. Es que lo odian.
Muere Isabel II. No era difícil vaticinar la que nos espera:
Hoy, estreno mundial de la serie: La muerte de la Reina. Un capítulo diario durante diez días. En abierto. Subtitulada.
Padezco de bulimia libresca. Acostumbro a leer varios libros a la vez. No diré cuántos pues la cifra es variable. En realidad soy demasiado curioso y caprichoso. Hago un comentario sobre esos que dicen no empezar un nuevo libro hasta que terminan el anterior:
Los lectores que no empiezan un libro hasta concluir el anterior me recuerdan aquello de "hay que comer todo lo que se saca al plato."
El joven Marías
Y la quincena concluye con el fallecimiento del escritor Javier Marías. Al principio pensaba callarme, por no ir contra la opinión dominante, pero luego no puedo resistir la tentación y dejo caer un par de tuits:
Paradoja. J.M. odiaba las redes sociales. Las redes sociales adoran a J.M.
--He leído que la prosa de J.M. detenía el tiempo. --Sí, como lo detiene el sueño.
Explicaré que la primera y única novela que he leído de Javier Marías fue Los enamoramientos. Me pareció un horror, una novela hinchada y prolija. No podía entender cómo un autor de su prestigio había publicado semejante libro. Quizá deba revisar mi opinión respecto al resto de su obra. Creo que mi problema con él radica en su estilo. La hipotaxis no me va. Prefiero la parataxis. Por otra parte, era un hombre que me gustaba, sobre todo por su independencia.
Paradoja. J.M. odiaba las redes sociales. Las redes sociales adoran a J.M.
--He leído que la prosa de J.M. detenía el tiempo. --Sí, como lo detiene el sueño.
Explicaré que la primera y única novela que he leído de Javier Marías fue Los enamoramientos. Me pareció un horror, una novela hinchada y prolija. No podía entender cómo un autor de su prestigio había publicado semejante libro. Quizá deba revisar mi opinión respecto al resto de su obra. Creo que mi problema con él radica en su estilo. La hipotaxis no me va. Prefiero la parataxis. Por otra parte, era un hombre que me gustaba, sobre todo por su independencia.