Blog del escritor Juan Luis Seisdedos. --Aquí hay de todo. Si estás interesado deberías dirigirte al Índice. --Por arte de birlibirloque algunas fotos han desaparecido. Habría que preguntarle a Google. Yo lo he intentado, pero no contesta.
martes, 8 de febrero de 2011
El último tango en París, revisitado
A raíz del fallecimiento de la actriz Maria Schneider he leído unos cuántos comentarios tan despectivos sobre El último tango en París que me he animado a verla de nuevo, dado que la primera vez que lo hice, cuando se estrenó aquí, me gustó mucho. Compruebo con satisfacción que esta segunda lectura todavía me ha interesado más que la primera, lo cual me alegra: siempre es ameno verificar que uno ha podido mantener algún criterio durante tanto tiempo.
Me da la impresión de que esta película ha dejado su huella en muchas otras posteriores. Por ejemplo, en el cine de este hombre.
Al margen de los aspectos formales (fotografía, música, escenografía, montaje, etc.) me ha admirado el extraordinario cambio de roles que se da en la pareja protagonista en la parte final. El hombre maduro, que desprecia cualquier posibilidad de una relación que vaya más allá del sexo queda, emocionalmente, en manos de la joven. No menos apreciable es la reacción de ésta que, en realidad, cuenta desde el principio con todas las ventajas, pese a que las apariencias indicaban que el dominio de la situación estaba en manos de él. Craso error –obvio por otra parte, dado que la mútua ignorancia formaba parte del juego.
Bertolucci, el director, ha dicho que hizo la película en un momento de transgresión y que se trata de una película romántica. Es cierto: romántica, revolucionaria y transgresora. De ahí tanto comentario despectivo.
Quien no la desprecia, sino todo lo contrario, es este devoto bloguero (sobre todo de Brando). Bonitas fotos y algún diálogo al vuelo.
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Bertolucci insistió a rajatabla que los dos personajes tenían que ser presentados desnudos. Era una cuestión de principios para él: sin esos desnudos la película sería pornografía, porque «lo realmente pornográfico era la hipocresía». Brando aceptó, cómo no. Pero consiguió un par de meses de prórroga para poder bajar de peso y filmar esas escenas."
ResponderEliminarHace mucho que no la veo,pero me ocurrió lo mismo que a ti, me gustó más la segunda vez.
Buenas noches
Se cortóel comentarió , tedecía que había leído en un blog muchas anécdotas de la peli como la que acabo de ponerte ahi.
ResponderEliminarSaludos
Recuerdo esta película y esa otra que le siguió, Portero de noche. Ambas con soporte alimenticio, ambas muy concurridas, discutidas, alabadas... Ninguna de las dos me gustó. En cuanto a Bertolucci siempre me ha sobrepasado, y lo siento porque le reconozco como un genio, pero siempre me ha dejado un amargo sabor sus películas. Él mismo lo decía, que rodaba zambulléndose en el caos íntimo. Lo último que vi de él fue 'El último emperador".
ResponderEliminarHola Olvido,
ResponderEliminarImagínate si la película se basa en la relación de dos hombres, como pensó Bertolucci en un principio, según se cuenta en el blog que incluye mi entrada.
Pornografía es pornografía. Es un vocablo que admite pocas interpretaciones, salvo que se hable en sentido figurado, de lo que no soy muy partidario.
Buen día.
Hola Mertxe,
ResponderEliminarVí en su momento Portero de noche, con el gran Dick Bogarde, pero ya no la recuerdo. Intentaré repescarla si la encuentro por aquí.
Está claro, aunque a veces nos resulte incomprensible, que en cuestiones artísticas todo es subjetivo y discultible. Y así debe ser, me parece a mí.
Buen día.
No había tenido ocasión de ver esa película. He encontrado muchas cosas interesantes en ella, aunque no me ha gustado el final. No comprendo la necesidad de la muerte literal del protagonista, que ya estaba "muerto" antes. Pero volveré sobre ella.
ResponderEliminarGracias por la sugerencia.
No hay de qué, Glo.
ResponderEliminarYo ni me acordaba del final en esta segunda visión, y me sorprendió un poco, pero no me disgusta y lo veo bastante lógico.
Saludos.