La
maquinaria pesada ha destrozado los caminos, ahora también embarrados por lluvias
y nieves. Pinos de gruesos troncos talados, aún rezumantes de sabia. Los
troncos amontonados y otros arramblados ladera abajo. Dos siniestras máquinas
amarillas estacionadas a la espera del lunes. No sé por qué. Nadie da una
explicación. Me limito a constatar la desolación del paisaje pelado,
erosionado. Estoy en la vertiente navarra del collado de Ibardin, término
municipal de Vera de Bidasoa, si no estoy equivocado. En el cartel dice: “trabajos
forestales”. A mi me parece que, en realidad, son destrozos forestales. Supongo
que perfectamente legales y bendecidos por la autoridad. Llueve sobre mojado.
Un poco cada día. Hasta el final.