domingo, 6 de septiembre de 2020

La vida sale al encuentro


Antes de devolverlo al cajón de intercambio de libros, de dónde lo saqué, le doy un vistazo a Los días contados, volumen de memorias del escritor y ex-jesuita José Luis Martín Vigil. Es un libro que no me ha interesado nada, escrito en una prosa prolija y aburrida.

Este Martín Vigil fue autor de un bestseller para jóvenes titulado La vida sale al encuentro, que yo leí hacia los doce o trece años.

Fue uno de esos libros impactantes. He leído varios testimonios de lectores que también lo califican como impactante. Curiosa coincidencia.

Sospecho que La vida sale al encuentro fue un lavado de cerebro perpetrado sobre adolescentes inmaduros, sojuzgados en colegios de frailes con toda la parafernalia represora propia del catolicismo y del franquismo en perfecta armonía.

Ahora, tras un vistazo a estas memorias, sospecho que también contendría algunas gotas de progresismo postconciliar. Un brebaje nada desdeñable al que los jóvenes de mi generación fuimos sometidos por unos educadores que daban tantos bandazos como sus educandos.

Recuerdo que unos pocos años después de la lectura ya me horripilaba un poco el libro. Ahora leo en internet comentarios muy elogiosos sobre el mismo. Se conoce que algunos lectores no evolucionan demasiado. Parece que ha alcanzado una treintena de ediciones.

No contento con este éxito leí también, del mismo autor, Sexta galería y Cierto olor a podrido. Pero ya no recuerdo nada de estas novelas, ni siquiera la impresión que me produjeron.

No parece que los adolescentes de hoy lean demasiado. Pero si se ahorran leer libros como La vida sale al encuentro es lo que llevan ganado.

---