miércoles, 2 de junio de 2021

Iruña-Veleia alberga 1500 años de historia romana y caristia

La casa de Pompeia Valentina. Sigue un modelo de las familias con posibles. Se organizaba con un patio central (atrium) y con las dependencias alrededor.

Pavimento de mosaico en el patio de la casa de Pompeia Valentina. La techumbre disponía de una apertura para ventilar e iluminar, además de un sistema para recoger el agua pluvial.

Iruña-Veleia es el nombre de un yacimiento arqueológico situado en el municipio de Iruña de Oca, ​a unos 10 km al oeste de la ciudad de Vitoria, en Alava, Comprende los restos excavados de la antigua ciudad romana de Veleia. Y se considera también la ciudad más importante de los caristios. 
El oppidum de Iruña, alberga los restos de época romana más significativos de la provincia de Alava y de todo el País Vasco. Además de su pasado romano conserva importantes evidencias de la etapa prerromana, en especial de los caristios, un pueblo prerromano asentado en Alava y Vizcaya.



Durante el medievo se instaló en el oppidum el priorato de Nuestra Señora de Iruña, de la Orden de San Juan, dependiente de la Encomienda de Burgos. El priorato era una sucursal de un monasterio mayor. Hoy es una simple campa, pero hubo ruinas hasta el siglo XIX. Dispuso de diversas dependencias y de iglesia. Ricardo Becerro de Bengoa realizó este dibujo sobre las ruinas.

Los restos arqueológicos abarcan una superficie de más de 10 ha, delimitadas por un meandro del río Zadorra, al que se accede por los puentes de Trespuentes y Villodas.


Otro mosaico de una casa vecina a la anterior. Los cortes permiten ver el sistema de construcción de estas piezas clásicas romanas.

El yacimiento arqueológico de Iruña-Veleia abarca más de 1500 años de historia, desde el primer milenio a.C. hasta el siglo V d.C., con un epílogo tardoantiguo y medieval.

La época romana comprende entre los siglos I y V d.C.


Tres estancias subterráneas, remodeladas en el siglo III. Se trata de un aljibe cuadrangular con dos pilares que sujetaban la cubierta. Dejó de utilizarse en el siglo V y se colmató con diversos materiales. En su interior han aparecido cráneos humanos.

Hermosas vistas desde lo alto del oppidum

El yacimiento es rico y aún queda mucho por excavar. Pero esa es otra historia.

Un callejón y diversas construcciones adosadas a la muralla. Imaginar un callejón de hace dos mil años resulta de lo más sugerente.

Un turista que pasaba por allí

Probable cimentación de un templo. Inicialmente se consideró como un depósito de aguas, pero la aparición de varios fustes y un gran capitel corintio decantó la opinión de los expertos hacia un edificio público.

Restos de un edificio anexo al templo