martes, 7 de mayo de 2019

Sadoporno, manías, el microondas, contemplación


Sadoporno. Por la tarde leo la novela Una vieja historia. Nueva versión, de Jonathan Littell. Las cuarenta primeras páginas son casi pornográficas. Hacía tiempo que no leía algo semejante. Pero de pronto se mete en temas sádicos y empiezo a temerme lo peor, que haya tratado de seguir la línea esbozada en la excelente y exitosa Las benévolas y que esta novela sea un repertorio de porno-sadismo. Haré una cata más antes de decidir si sigo o lo dejo.
(Dos semanas después: la he dejado.)

*

“... el invulnerable pasado", dice Borges. Nada ni nadie puede modificar el pasado, aunque de hecho todos lo modificamos a nuestro antojo y conveniencia. No podríamos vivir si ello no fuera posible.


*

El microondas. De pronto saltan los plomos del apartamento (aunque ahora ya no sé si esto funciona con plomos) y, cuando recuperamos el suministro, descubrimos que se ha estropeado el microondas. Estábamos a punto de empezar a comer. Tras media hora de intentar volver a ponerlo en marcha nos resignamos a la cruda realidad: las berenjenas se quedan si calentar y, lo que es peor, hay que comprar un nuevo microondas.
     Es nuestro penúltimo día de vacaciones. El plan para la tarde (dar un buen paseo al sol hasta el centro) ha quedado suspendido, ahora que el sol se ha animado a salir tras varios días lluviosos. En su lugar hay que coger el coche, buscar la ruta hasta el Alcampo, aparcar en el parkin subterráneo, comprar, cargar, volver a casa, aparcar de nuevo (con lo estrecha que es la plaza del garaje). De momento, el agua del té de la tarde la he tenido que calentar en la cocina. Se puede vivir (unos días) sin la mayor parte de los electrodomésticos, pero ¿sin microondas?
     Dos horas más tarde, cuando ya teníamos un pie en el portal, se me ocurre hacer una llamada que puede resolver el problema. Normalmente este tipo de cosas se le ocurren a Gemma, pero hoy se conoce que la inspiración se ha posado sobre mi cabeza. En efecto, sólo era un problema de configuración. De pronto la vida vuelve a su adorable rutina. No hay que comprar un nuevo microondas y el sol me espera para dar un paseo.

*

Contemplación. Esta semana de vacaciones hemos visto poco el sol y ha llovido con una intensidad como nunca antes había visto aquí. Pero esta tarde el cielo se ha despejado, así que el paseo, siguiendo el curso del río Vena, ha sido una delicia.

A la ida, río abajo, tenía el sol de cara y una brisa fresca muy agradable. Los añejos álamos blancos han echado sus primeras hojas y, tras las recientes lluvias, el río baja con más caudal. Hemos saludado a varios perros, entre ellos un hasky grandullón pero mimoso y con ganas de jugar. Por un momento he temido que Tobías fuera a gruñirle, como acostumbra con los perros grandes, pero se ha dado cuenta de que aún era un jovencito y le ha dejado hacer.

Ya de vuelta he visto a un niño de unos dos años que permanecía extasiado con la mirada fija y señalando con el dedo el cauce del río. Su abuela, que se lo comía a besos, ha tenido que cogerlo en brazos, pacientemente, para arrancarlo de su contemplación. Los niños pequeños son contempladores natos y las abuelas pacientes son un tesoro para la infancia. Al llegar a casa me he preparado otro té en el microondas. Me ha sabido a gloria.

*

Las manías particulares e íntimas, como no puede ser menos, me son indiferentes. Pero me cuesta mucho soportar a los maniáticos que contaminan al prójimo con sus manías. Así la vecina que todas las mañanas, a las 6 en punto, hace retumbar sus tacones por toda la casa, para luego seguir con puertas, persianas, grifos, etc. Y todo para nada, por pura manía desconsiderada -es así todos los días, fines de semana incluidos. "Probablemente es una enferma del alma", me digo para consolarme; pero el consuelo que obtengo es más bien escaso.

*

“Yo soy el Alfa y el Omega -dice el Señor Dios- el que es, el que era y el que está a punto de llegar, el todopoderoso.” Apocalipsis, 1.

Y también hoy, en Juan, 20: “Jesús le dijo: “¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que creen sin haber visto.”

*

Una ducha,
un café,
la tarde nublada
te espera.

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17 comentarios:

  1. Baltasar G.M.7/5/19 10:06


    A tu "microhondas" le sobra la hache.

    "Se puede vivir (unos días) sin la mayor parte de los electrodomésticos, pero ¿sin microhondas?" Yo nunca he tenido ese aparato, ni nunca lo he usado fuera de casa. No sé ni cómo funciona. Sólo sé que es el enemigo número uno de todo buen aficionado a la cocina. Sobre todo si a la vez es "teófilo" - ¡ ay, ay, ay ese té preparado en el microhondas !

    (Tras haber descubierto ayer tu muy interesante blog, te he dejado más abajo dos comentarios, que no sé si has visto).

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  2. ¡Qué vergüenza! Muchas gracias.
    En mi casa se come divinamente y nunca ha faltado un microondas (gracias de nuevo)
    En cuanto a la ceremonia del té, pese a mi devoción por el Zen, soy un desastre.
    Voy a por más. Saludos.

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  3. Baltasar G.M.7/5/19 17:53


    Sobre los haikus:

    ¿Tú dirías que cualquier poema de 14 versos es un soneto? Y ¿no te apetece jugar con las formas tradicionales, que tan sabias son?

    Uno de los más bellos haikus en español que conozco:

    “Se posa el sol
    en la taza de té.
    Bebo la luz.”

    (Susana Benet)

    Sobre la gratuidad en Francia ("después de veinte años viviendo en Francia, me cuesta creer que haya algo gratuito"):

    En provincias no sé, porque yo sólo he vivido en la capital (desde hace décadas), pero te puedo decir que aquí "lo esencial" (para mí) es gratuito. Aquí hay 57 bibliotecas municipales gratuitas (con decenas de miles de libros y revistas), muchas de ellas ultramodernas. Si no se encuentra el libro que se busca se puede pedir a la Reserva Central, que tiene más de 150.000, y en dos días se puede recoger en la biblioteca
    de tu barrio. Hay también 16 mediatecas (que mediante un abono anual de 61 euros te permiten sacar 570.000 CD y 200.000 DVD). A pesar de lo cual yo he dejado de frecuentarlas, por tener en casa libros para leer y discos para escuchar durante varias vidas. Porque aquí se pueden comprar libros o discos a 1 euro y a veces mucho menos si se compra en lotes (en el Rastro de Montreuil, por ejemplo, al que yo voy todos los sábados). Hay además librerías de ocasión alucinantes, donde por 2 o 3 euros se encuentran maravillas (comprar un libro nuevo aquí es de tontos).

    En esta ciudad se pueden hacer muchas cosas gratuitamente: ir a grandes conciertos de órgano los domingos, o a ciertos conciertos de France Musique (y por 10 euros a conciertos de orquesta en salas como la Philharmonie o la de Radio France varias veces a la semana), ir al Louvre (el primer domingo de mes durante 6 meses al año) o a otros museos y exposiciones.

    Para quien ama la cultura, Francia en general y París en particular es un paraíso.

    Sobre el té :

    Entre la compleja ceremonia del té (las ceremonias, más bien, porque cada país - Japón, China, Corea, Vietnam, etc - tiene la suya) y el té al microondas, hay maneras muy simples de hacerlo para sacarle el máximo sabor, que de eso se trata.

    "La dégustation, à l'aube, de mon premier thé, constitue pour moi un moment privilégié entre tous. Même quand je suis poignardée par l'insomnie, une tasse de bon thé me ressuscite et m'apaise sans jamais me trahir. Il faut humer longuement son arôme pour que se dissipent totalement les brumes de la nuit. Et puis, de ma fenêtre, je jouis d'un spectacle somptueux chaque jour recommencé: la naissance de la lumière, qui coïncide avec l'envol de mon petit moi, perdu dans le mystère du cosmos, et qui tente de retrouver un pays lointain."
    (Yi Kyeung-Hi)

    (París es, por cierto, la ciudad donde mayor oferta hay de tés de calidad del mundo - mucho mayor que en Londres, por ejemplo -. Y como siempre en esta ciudad, la más cara y la más barata a la vez de Francia, se pueden encontrar tés fabulosos muy baratos en los dos barrios chinos que tiene).

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    1. Estoy en el tlfn. Voy muy breve.
      Sobre el haikú:
      Pues no me tientan las formas tradicionales en poesía.
      Me incomoda contar silabas.
      Haikus de Borges, A. Machaco no cumplen la regla 5/7/5. Por no hablar de las traducciones de los clásicos japoneses (infames muchas de ellas)

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    2. Sobre Francia:
      Solo conozco mi provincia.
      Es cierto, La cultura aquí es barata (con excepciones). Y los libros también con ediciones excelentes, muy cuidadas. Sobre este tema no hay debate. Salvo que la entrada en Notre-Dame costaba eran 8.50 para adultos; visita guiada de 90 m y acceso a torres, 29.99

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    3. Por las mañanas cafe; por las tardes té.
      No me parece tan grave calentar el agua para el té en el microondas.

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  4. Baltasar G.M.7/5/19 18:08


    Sobre la novela de Jonathan Littell que citas, "Une vieille histoire. Nouvelle version":

    He leído las primeras páginas en la versión digital que tengo. Nunca había leído nada de él y me ha parecido muy mediocre. Escribe con un estilo escolar, trivial, sin la mínima personalidad. Parece que está describiendo escenas de películas. No le veo el interés por ningún lado al libro. ¿Para qué perder el tiempo leyendo novela contemporánea cuando se pueden leer (o releer) les Mémoires d'outre-tombe de Chateaubriand? ;-) ...(para J.Graq el libro donde la lengua francesa ha llegado a su cima).

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  5. A mi, que leo ya muy poca novela, Las benevolas me interesó. O me dejé llevar por el morbo. Puede ser.
    Empiezo con Chateaubriand (la obra completa, en pasta dura, gratis en el armario de intercambio). Si puedo opinar por media docena de páginas: deslumbrante.
    A. Ernaux, Houellebeq, Sollers, alguno mas, me interesan. Me divierten.

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  6. Houellebeq??

    Sólo leí una "cosa" de él, algo así como El territorio. Me pareció estar delirando, creo recordar que "narraba" las instrucciones de una cámara fotográfica, dando la marca y todo. No lo dejé. Lo arrojé.

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  7. Aurelle, qué nombre tan galo te has puesto.

    Esa que citas es una de las que no he leído. Houellebecq, como todos los escritores profesionales tiene cosas malas y peores; también algunas buenas. MH, como hijo de padres comunistas y criado por una abuela también comunista, ha salido bien fino. Me interesan los críticos de la "modernidad", mejor un pelín reaccionarios, sin ser meapilas. MH me divierte, por revoltoso y por libertino (como Sollers).
    Esa descripción que citas más parece propia de J.P. Toussaint, cuyas primeras novelas (La televisión, la cámara fotográfica) me encantaban.



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  8. Baltasar G.M.10/5/19 19:20


    "Haikus de Borges, A. Machado no cumplen la regla 5/7/5."

    Los de Borges, sí. Además, si publicó en "La cifra" 17 haikus es porque ése es el número de sílabas de cada haiku. Dos de ellos, excelentes:

    "Callan las cuerdas. 5
    La música sabía 5
    lo que yo siento." 7

    "¿Es un imperio 5
    esa luz que se apaga 7
    o una luciérnaga?" 5

    Machado no escribió haikus, que yo sepa (una copla no es un haiku).

    "Me incomoda contar silabas."

    El problema es que sin contar sílabas, es imposible la música en poesía. El secreto de todo lo que suena bien en poesía es la medida de las sílabas y de los acentos. La métrica, como el solfeo, no es arbitraria. Hay mucho poema por ahí que parece de verso libre y que si suena muy bien es porque está compuesto de heptasílabos, endecasílabos y alejandrinos.

    "la entrada en Notre-Dame costaba eran 8.50 para adultos; visita guiada de 90 m y acceso a torres, 29.99 "

    La entrada a Notre-Dame siempre ha sido gratuita. Yo he entrado centenas de veces (durante muchos años todos los domingos a los conciertos - también gratuitos - de órgano) y nunca he pagado. Creo que hay que pagar para ver el Tesoro, eso sí. Y para subir a las torres, pero nunca para visitar la catedral.

    "A. Ernaux, Houellebeq, Sollers, alguno mas, me interesan. Me divierten."

    Para mí, desde Céline Francia no ha producido ningún buen novelista.

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  9. Baltasar G.M.10/5/19 19:22

    Error:

    "Callan las cuerdas. 5
    La música sabía 7
    lo que yo siento." 5

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  10. Baltasar G.M.11/5/19 10:40

    Ejemplo de poema que parece de verso libre y sin embargo está compuesto de endecasílabos, alejandrinos y un heptasílabo:

    "¿ Y qué es el tiempo, todos estos días,
    semanas, meses, años, y qué es el clamoroso
    azul de los veranos, y las flores
    veniales del almendro, y las vendimias de oro,
    y la nieve de Torla,
    y el escándalo de la primavera que llega
    con los pechos así, si tú no estás
    para darle a la vida un sentido y un orden,
    para que cuanto existe tenga por tu presencia
    un antes, un después y un mientras tanto ?"

    Miguel d´Ors

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  11. Empezaré por el final.

    El poema de d´Ors suena bien, en efecto, pero no me gusta demasiado. "Flores veniales"; ¿Flores veniales???? "Con los pechos así"; ese "así" es como las tiritas que les ponen los pazguatos a las fotos de los pechos femeninos desnudos. Y el "mientras tanto" del final me recuerda a un bar que había en mi ciudad con ese nombre.

    Esto no tiene demasiada importancia. Para gustos están los cuerpos, parafraseando a Barthes.

    Yo soy más de tocar de oído. No pretendo ir de versificador. Como mucho sigo a Baudelaire: "Sé poeta incluso en prosa." Cuando leo poesía lo último en que me fijo es en la métrica. Pero tengo buen oído, modestia aparte.

    Te doy la razón en lo de Notre-Dame, en lo de los haikus de Borges, en las coplas de Machado e, incluso, en lo de que Francia, después de Céline no ha producido ningún buen novelista. Hay una edad para las novelas (Pla) y yo la he sobrepasado ampliamente. Los que yo he citado (Arnaux, Sollers, Toussaint, Houellebecq) tal vez no sean "buenos", pero yo he disfrutado con ellos y eso ya es mucho.

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  12. Y gracias por tus comentarios. Este blog nunca había estado tan animado.

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  13. Baltasar G.M.11/5/19 13:15

    ""Flores veniales"; ¿Flores veniales????"

    A mí ese "y las flores veniales del almendro" es lo que más me gusta del poema, con el último verso. En lugar de caer en el tópico de decir las flores breves, las flores frágiles (como diría un japonés), se saca de la manga un "sinónimo" totalmente inesperado: "veniales" - que añade además una connotación de ligereza, de levedad, de trivialidad.

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