No es habitual encontrar abiertas las iglesias de los pueblos pequeños. Me detengo en Quintana-Urría, la Bureba, al ver que su iglesia de San Adrián está abierta un sábado por la mañana.
La iglesia, protegida su portada por un pórtico, está situada junto a la carretera. Tiene espadaña y, adosado, el cementerio de la pequeña población (18 habitantes censados en 2022)
El templo es muy recogido. Dispone de un retablo y de un coro. El interior está muy desgastado, pero esa circunstancia le proporciona un especial atractivo.El camino arbolado, que aparece en la foto, conduce hasta el arroyo Zorita, “de curso perenne pero poco caudaloso”, según explica el Diccionario Madoz.
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