martes, 28 de noviembre de 2023

El Napoleón de Ridley Scott



El Napoleón de Ridley Scott es una caricatura, pero la película es extraordinaria. ¿Qué otra cosa podría esperarse del retrato de este hombre realizado por un inglés? Sin embargo, qué maravilla de imágenes, de recreación, de ambientación, de interpretación. Dos horas y media que se me han pasado volando, totalmente embebido en la pantalla.

He leído que van a sacar una versión de cuatro horas para ser consumida en pantallas pequeñas. Para un cinéfilo sería un error esperar a que ello ocurra y privarse de verla en pantalla grande; hay que ir a las salas, de lo contrario se verá otra cosa que no será en realidad esta película.

Scott nos pinta a un Napoleón sin modales, fanático de sí mismo, zafio, pésimo amante. Se olvida por completo de su obra política. Tan sólo le interesa su relación con Josefina y sus hazañas bélicas, derrotas incluídas, que para eso es inglés. Ni siquiera nos explica la razón de las guerras napoleónicas ni de las grandes coaliciones contra Francia. Parecen como caídas del cielo. La guerra en España, la batalla de Bailén, que inicia su decadencia, ni las menciona.

Pero al cine no se va a aprender historia. Para eso están los libros y los documentales. Probablemente hay tantos napoleones como las muchas biografías que se han escrito sobre este hombre. ¿Qué tiene de particular que Scott nos haya dado su propia versión? Sin embargo, pese a todo, cuánta belleza hay en esta película.

Sobre qué es real y qué ficción puede consultarse este enlace.