La gata accidentada. --Arte disfrutón

1. Ha entrado por la ventana y me he llevado un gran susto. Cuando ha terminado de explorar la habitación y el trastero se ha subido a mi mesa de trabajo y se ha puesto a inspeccionarla, con especial atención al ordenador portátil. Con suma delicadeza ha pasado por encima del teclado y por entre todos los cachivaches que tengo alrededor. He tenido que cerrar el aparato so pena de que toque alguna letra y se esfume el contenido de la pantalla.

Tenía la puerta de la habitación abierta para que no se agobie, pero he cerrado la ventana porque entraba mucho frío. Ella no ha debido darse cuenta y ha intentado salir por donde ha entrado, apoyándose, como hizo al entrar, en el radiador. Pero algo ha fallado en su movimiento, se ha desequilibrado y se ha caído, con tan mala fortuna que una pata o una uña se le ha quedado enganchada a una estría del radiador.

La pobre se ha puesto a chillar de dolor y, en su intento de liberarse no paraba de zarandear la pata y no he podido ni tranquilizarla ni siquiera acercarme para ayudarla. A base de movimientos bruscos ha conseguido liberarse pero creo que se ha lastimado la pata pues cojeaba a andar. Luego se ha metido en su gatera y apenas se ha movido en todo el día. Esta mañana no ha entrado en casa para comer, como hace habitualmente, y le he sacado la comida al porche, pero ella, enroscada en su gatera, no se ha movido.

Ni qué decir lo preocupado que me tiene. Las posibilidades de que le lleve al veterinario son mínimas porque es una gata que no se deja coger y hacerlo puede suponerle un estrés aún mayor. Prefiero que siga en reposo para ver cómo evoluciona, a ver si se recupera por sus propios medios. Cuando menos te lo esperas te llevas un disgusto.

[...] El accidente de la gata ha quedado en un susto. Dos días después parece que no le han quedado secuelas.

2. ¿Es Regoyos un gran pintor? Probablemente no, si lo comparamos con los más grandes. ¿Lo es Albert Marquet? Tampoco. Ambos son algo mejor aún: son encantadores. Por eso, a la hora de disfrutar, es mejor dejarse llevar por las propias sensaciones que por lo que diga el canon.